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Adam Zagajewsk: «Un escritor tiene varias patrias»

El Premio Princesa de Asturias de las Letras reconoce el «sentido ético de la literatura» que defiende su poesía y su «intenso trabajo memorialístico».

Adam Zagajewski, Premio Princesa de Asturias de las Letras
Adam Zagajewski, Premio Princesa de Asturias de las Letraslarazon

El Premio Princesa de Asturias de las Letras reconoce el «sentido ético de la literatura» que defiende su poesía y su «intenso trabajo memorialístico».

Un poeta de la belleza y lo cotidiano, de la historia y la memoria. Adam Zagajewski (Lwów, 1945) es un escritor errante, un autor con nacionalidad, pero de múltiples enrraizamientos, que nació en Polonia, vivió en Estados Unidos y residió en Francia. Entroncado en la estela literaria de dos gigantes universales como son Szymborska y Milosz. Vivió los peores años del comunismo y conoció las amargas aguas del exilio. «Vengo de una tradición donde la poesía tenía una gran presencia en el espacio público durante mucho tiempo. En los últimos 70 u 80 años, la poesía tuvo una importante dimensión política en Polonia.. Bajo el comunismo, los autores eran muy críticos con el gobierno. Pero ahora es muy diferente. Tenemos otro que, aunque a algunos no les gusta, posee una espacio democrático. Y, por tanto la poesía es más invisible y su influencia es menor. Tenemos menos eco que antes, es cierto, pero la poesía continúa estando muy presente allí», declaro ayer a este periódico Zagajewski.

«Cvilizar países»

El Premio Princesa de Asturias de las Letras de este año ha reconocido la obra del autor de «En defensa del fervor», cuya proposición estuvo respaldada por Richard Ford y John Banville y que es candidato al Premio Nobel de Literatura desde hace años. «Yo creo que hoy la misión de la poesía es contribuir a la civilización, ayudar a civilizar los países, presentar al público valores como la decencia y la verdad. No tiene una misión política. Pero, desde esa posición, puede ayudar a ampliar el marco político y también hacerlo más amplio. Los poetas polacos siempre hemos defendido unos valores que consideramos esenciales, como pertenecer a Europa y apoyar la creación de un patrimonio europeo».

Zagajewski, que hace unas semanas estuvo en Madrid en la Residencia de Estudiantes para presentar su último libro, «Releer a Rilke», es un hombre que juega en su poesía con lo corriente y con lo culto, que igual menciona algo de la vida sencilla, menudencias de la cotidianeidad, que menciona a grandes compositores de la música clásica, una de sus grandes pasiones. Pero a sus espaldas aún vibran con fuerza las cuerdas de la historia, de los acontecimientos vividos. «La memoria es una de las principales fuentes de la inspiración, no solo para los poetas, también para otros escritores y artistas. No es algo restrictivo o cerrado a la poesía, sino que la memoria contribuye siempre de una manera a todo tipo de conocimientos y, por supuesto, es esencial para conocer el momento presente».

Zagajewski siente ha tenido un fuerte vínculo con España, que ha dejado huella en su escritura. «Es muy difícil determinar, si eres escritor, quién te ha influido más. En este caso, tengo citar el nombre de Antonio Machado. Para mí es casi como un primo espiritual. También está García Lorca, pero la sombra de Machado es más evidente, es más fuerte, bajo mi punto de vista», concluye .

Zagajewski, que no disimulaba ayer la alegría que le había producido recibir esta distinción, tuvo un momento para mirar alrededor y reparar en lo que está pasando en la actualidad en Europa. «Lo cierto es que estamos viviendo tiempos peligrosos. Todos los demonios del pasado que creíamos que habían desaparecido han regresado. Por esto creo que deberíamos contribuir a sostener un nuevo tipo de solidaridad. Es momento para ella, entre las personas, entre los intelectuales. La situaciones actuales nos plantean algunas preguntas sobre las sociedades abiertas».

Este diagnóstico no le impide mirar hacia el futuro con tristeza, sin las asperezas y desasosiegos del pesimismo. «Es cierto que hay que luchar, pero estamos lejos de estar presenciando el final de Europa. Hay nuevas esperanzas. A Francia ha llegado Emmanuel Macron y en España, por otros conductos, se están haciendo las cosas bien. Y alemania se está sosteniendo perfectamente. No estoy desesperado ni siento desaliento. Todo va a salir hacia adelante. Creo que las fuerzas de la oscuridad no se saldrán con la suya. No van a ganar». Zagajewski, que por motivos políticos ha vivido en distintas ciudades de Europa y Estados Unidos, se reconoce como un hombre de varias naciones. «Un buen escritor debe tener varias patrias. Cuando está en Europa, seguirá las tradiciones europeas. También creo en una nación que es principalmente espiritual, con elementos como la música; una nación que sea universal, que no está dividida por fronteras nacionales. Cuando viajas por Europa y ves esos edificios tan bellos que también hay en mi país te das cuenta de que la nación no es sólo Polonia, el idioma, sino todo esto».

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