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Bildu caldea las fiestas de San Fermín y «anexiona» Pamplona al País Vasco

Colocan carteles de «Bienvenidos a Euskal Herria» en las entradas a la ciudad

«Bienvenidos al País Vasco» en Pamplona. Varios carteles colocados a la entrada de la ciudad de Pamplona dan la bienvenida a Euskal Herria y defienden la liberación de presos
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En Pamplona apuran las horas para el chupinazo que dará comienzo a sus fiestas más internacionales y la maquinaria abertzale se ha puesto a funcionar, consciente de la visibilidad de los sanfermines. Con el respaldo institucional que promueve el Ayuntamiento, gobernado por Joseba Asirón (Bildu), la izquierda proetarra ha aprovechado para colocar una serie de carteles en las arterias de entrada a la ciudad en las que se da la «bienvenida al País Vasco» –en euskera y en inglés– a todo aquel que llega a Pamplona. «Navarra no es Euskal Herria, y Euskal Herria no existe», señala Cristina Sanz, portavoz del PP navarro, que critica el uso partidista de las enseñas. «Dañan la imagen de nuestra ciudad y confunden al visitante», sentencian. Estos carteles aparecen, además, acompañados de otros que reivindican la liberación de los presos etarras, también en ambos idiomas. Los navarros, incapaces de aceptar el desafío, han optado por arrancar algunos de ellos, pues la ciudad está plagada de pintadas y el casco viejo ha aparecido empapelado con fotos de presos etarras, sólo un anticipo del tacticismo ideológico que va a primar en las fiestas.

Después de varios años evitando que Bildu dé el chupinazo, este año será inevitable, pues ocuparán el balcón desde el que se lanzará el icónico proyectil. No será esta la única novedad en la fachada; junto a las banderas de Pamplona, España, Navarra y Europa, se prevé que ondee también la ikurriña –bandera oficial del País Vasco–, en un mástil instalado para la ocasión. Fuentes consultadas por este diario dan por segura su colocación cumpliendo así, como ya adelantó LA RAZÓN, con el deseo de Arnaldo Otegi, que desde prisión pidió como regalo de cumpleaños que una gran ikurriña cubriera la fachada del consistorio. Hace dos años, Bildu retrasó 20 minutos el inicio de las fiestas por este motivo, ya que dos personas desplegaron una bandera vasca de seis metros que postergó el lanzamiento del cohete hasta su retirada. Entonces, la instalación de la ikurriña fue una maniobra ideada cuidadosamente y desplegada por dos personas disfrazadas con barbas postizas; ahora no será necesario tanto teatro. Además, el alcalde ha cambiado el bando municipal que impedía la introducción de banderas, por razones de seguridad, permitiendo que entren sin limitación ikurriñas en la plaza.

El lugar privilegiado que el equipo de Gobierno ha ideado para la bandera vasca en la fachada del consistorio genera una fuerte confrontación. «Es una falta de respeto institucional. No es nuestra bandera», señalan fuentes consultadas por este diario que se cuestionan si no resultaría estrafalario ver ondear la bandera de Andalucía o de la Comunidad de Madrid. Desde este sector se clama con insistencia por que San Fermín no sea una excusa para politizar las fiestas y piden que se respeten todas las sensibilidades.

Parece que la polémica con las enseñas no se limita al chupinazo. Apenas lleva un mes en el Gobierno de Pamplona y el alcalde de Bildu, Joseba Asirón, ya ha relegado a un segundo plano las banderas que presidían el Salón de Plenos. De ocupar un lugar principal, situadas a la espalda del regidor municipal, han pasado a colocarse apartadas en un rincón de la sala, según reconocen fuentes conocedoras de la situación.

Otra de las decisiones que ha tomado el nuevo alcalde es modificar el cartel de las fiestas –encargado por el Gobierno anterior, UPN–, que ya estaba diseñado. La temática del mismo, que resalta la labor de los colectivos que intervienen en San Fermín, se ha visto ligeramente redistribuida, al desaparecer la representación de la Policía Foral, el deán de la catedral, un pastor y un fotógrafo, en favor de miembros de peñas de perfil afín a Bildu.

Las cuotas de la izquierda abertzale en el Gobierno de Bildu en Pamplona están estipuladas. La concejal Patricia Perales –que sustituyó a Arantza Oskoz– es la novia del etarra Javier Pérez Aldunate, quien en 2004 se trasladó hasta Mallorca para planear el asesinato del Rey Juan Carlos. Perales fue detenida en 2005 durante la investigación de varios de los viajes que realizó junto a su novio, pero finalmente fue puesta en libertad sin cargos ya que no se constató que conociera las actividades terroristas de su pareja ni que hubiera colaborado de alguna forma en ellas. Si algún miembro de la izquierda abertzale abandona Bildu, otro debe sustituirle, manteniendo así las cuotas de influencia.

La ikurriña que pidió Otegi por su cumpleaños

Con la colocación de la ikurriña en la fachada del Ayuntamiento de Pamplona durante el chupinazo, queda patente que la influencia que posee Arnaldo Otegi sobre la izquierda abertzale sigue activa a pesar de estar cumpliendo condena en la cárcel de Logroño. Como ya adelantó LA RAZÓN, el dirigente de Batasuna pidió al alcalde Asirón que el «mejor regalo que me podéis hacer es cubrir toda la fachada del Ayuntamiento con una gran ikurriña». Se da la circunstancia de que Otegi cumple hoy 57 años.

En la presentación del programa de las fiestas de este año, Asirón ya adelantó que no se «perseguirá» la ikurriña, una bandera que hasta ahora no se permitía en la plaza consistorial durante el lanzamiento del chupinazo.