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El hijo de «la Tomasa», el reclutador de la yihad

Muhammad Ahram Pérez, apodado «El cordobés», capta a jóvenes por internet bajo diez identidades distintas. Su madre viajó con él y sus cuatro hermanos a Siria para combatir al lado del Daesh

Yassin Ahram Pérez es hijo de Tomasa Pérez Mollejas de Córdoba
Yassin Ahram Pérez es hijo de Tomasa Pérez Mollejas de Córdobalarazon

Muhammad Ahram Pérez, apodado «El cordobés», capta a jóvenes por internet bajo diez identidades distintas. Su madre viajó con él y sus cuatro hermanos a Siria para combatir al lado del Daesh.

Uno de los dos yihadistas que aparece en el vídeo en el que Estado Islámico reivindica los atentados de Cataluña se llama Muhammad Yasin Ahram Pérez y procede de Córdoba. Es un joven yihadista de 22 años que habla perfectamente español y que se suma a las más de 200 personas que han abandonado la Península Ibérica –según los datos que tiene el Ministerio del Interior– para hacer la yihad en lugares de conflicto. Actualmente vive en la provincia de Deir Ez-Zor, en el noroeste de Siria, y desde allí llama a recuperar Al Andalus para crear una «wilaya «(provincia) del Estado Islámico en España. «Es su mayor objetivo», reconoce el analista del Observatorio de Seguridad Internaciona, José María Gil, consultado por LA RAZÓN. De hecho, en su perfil de Facebook indica que vive en Córdoba (aunque lleva cerca de tres años en Siria). Para llevar a cabo la reconquista con la que amenaza, su papel en la organización terrorista es el de «dinamizar las redes sociales», para captar a futuros terroristas. Para conseguirlo habría utilizado en la web hasta diez identidades distintas, según informan fuentes de la lucha antiterrorista.

Gil hace dos años logró contactar con él para valorar el tipo de amenaza que constituía, y le describe como una persona de «discurso panfletario, propio del terrorismo». En sus conversaciones con él, este yihadista hacía hincapié en hablar sobre Córdoba: «¿No querríais ver de nuevo nuestro califato?», llegó a decirle en una ocasión.

Muhammad Yasin Ahram Pérez es hijo de Tomasa Pérez Mollejas, una malagueña convertida en una «madre de la Yihad». Nacida en Málaga, se trasladó muy pequeña junto con sus padres al municipio cordobés de Pedro Abad. Allí la recuerdan como «una excelente estudiante y muy responsable». Sin embargo, a los 17 años empezó a torcerse. Fue a raíz de su romance con el que después sería su marido y padre de sus hijos, Abdelah Ahram, un marroquí emigrado a España en patera y muy resentido con el trato recibido a su llegada.

Tuvieron su primer hijo pronto, a los dos años de relación: Muhammad Yasin, el que ahora amenaza con recuperar Al Andalus. Más tarde nacerían Musa Nosair, Islam, Ousama y Qoudama Ahram Pérez. Los cinco se encuentran actualmente en Siria combatiendo en el EI. La pequeña de la familia y la única niña, Yunes, vive con sus abuelos paternos en Marruecos.

Tomasa y Abdelah intentaron hacer vida primero en Córdoba, concretamente en la barriada de Alcolea. Una de sus vecinas, Ani Medina, les recuerda como «una familia normal aunque un poco reservada en el trato». «Lo único que me llamó la atención es que al llegar a Alcolea, Tomasa no llevaba velo y al poco decidió ponérselo», asegura a este diario. Después se trasladaron a Barcelona, de ahí a Suiza y finalmente Marruecos. Allí Abdelah fue encarcelado por pertenencia a grupo terrorista. A su salida regresaron a España, concretamente al barrio ceutí de El Príncipe. Allí volvió a ser encarcelado y ahora cumple condena en la prisión de Tánger. Ahí es cuando el papel de Tomasa adquiere relevancia y decide viajar a Siria con sus cinco hijos para combatir por la yihad. Se cree que su función es el de reclutadora a través de las redes, al igual que su primogénito.

En Pedro Abad no queda ni rastro de la familia Pérez Mollejas. Los vecinos aseguran que los padres de Tomasa, superados por la situación, se marcharon a vivir a Córdoba. Y en la mezquita de la localidad, perteneciente a la Misión Ahmadía, no quiere ni oír hablar del asunto: «No tenemos constancia de que Tomasa ni su marido visitaran la comunidad». Su imán, Abdul Saboor , asegura que «jamás los vi y llevo en el pueblo 35 años». «No hacemos un registro de quién entra en la mezquita». Y aclara: «Nuestro lema es ‘‘Amor para todos, odio para nadie’’».