El desafío independentista

Joan Herrera: El hombre dialogante que culpa a todos

Asegura que los independentistas han realizado un gran engaño ya que «no han sabido leer la situación desde el 9-N»

Joan Herrera
Joan Herreralarazon

Asegura que los independentistas han realizado un gran engaño ya que «no han sabido leer la situación desde el 9-N».

Es un hombre pausado, reflexivo y sensato. Llegó a la primera línea de la política sin hacer ruido, y se fue siguiendo el mismo camino. Ha costado mucho entrevistarlo. No se prodiga en exceso y mantiene la prudencia, aunque avisa: «Diré lo que tenga que decir a partir del día 22». Sin embargo, acepta la invitación de LA RAZÓN para reflexionar sobre la situación que atraviesa Cataluña. Es pesimista porque «las cosas se han hecho muy mal». Sólo ve cómo una única salida posible, «no la que a mí me gustaría», que «el independentismo asuma que los tiempos son diferentes, que debe cambiarlos para dar la batalla para un cambio de escenario en España, porque la unilateralidad se ha demostrado un fracaso, porque con un 47% no puede tirar adelante». Reconoce que esta vía es difícil, pero «la vía unilateral ya se ha visto lo que es». Concluye contundente: «O esta salida, o el empate indefinido y el empantanamiento de la situación, de suma de impotencias. Del independentismo para conseguir sus objetivos, y del inmovilismo que desprecia a la sociedad catalana».

Joan Herrera reparte culpas: «El independentismo no ha sabido leer la situación desde el 9 de noviembre de 2014», porque han realizado un gran engaño. «En público pedían la independencia y en privado querían negociar». Por su parte, afirma que Rajoy es «un irresponsable por no aceptar la realidad catalana, porque hay dos millones tras el independentismo. No ha dado una salida política porque en el fondo ya le iba bien». Este jurista especializado en Derecho urbanístico y Derecho del medio ambiente que inició su actividad política en 1991, en el barcelonés barrio de Sant Martí, cree que «la clave está en crear un tercer bloque», en el que debe ser protagonista la izquierda catalana no independentista: «Comunes y Socialistas». Este es el único camino posible, porque el independentismo se ha anclado en un discurso en el que identifica al Estado y a España, con el PP. Alimenta y se ha parapetado tras la España irreformable. No tienen en cuenta que España ha tenido más cambios sociopolíticos que Cataluña. Y tampoco tienen en cuenta que la unilateralidad ha fracasado». Y pone una condición sine qua non para que este tercer bloque se abra paso: «Los independentistas deben cambiar los tiempos y, seguramente, las personas».

Herrera es muy crítico con los soberanistas porque «la unilateralidad ganó electoralmente el 27-S, pero fracasó estratégicamente», ya que «algunos pensaron que la hoja de ruta independentista aceleraría los cambios en España y fue al revés, la hoja de ruta catalana cerró el escenario de cambio en España». Joan Herrera aporta un dato para justificar su argumento: «En las generales, Cataluña votó a favor de un cambio político –las dos convocatorias fueron ganadas por los Comunes– en España, porque el fracaso de la unilateralidad abrió la posibilidad de este cambio. Este cambio fracasó y el independentismo volvió a parapetarse en la unilateralidad». Los «indepes» saben que por este camino no vamos a ninguna parte, pero «las actuaciones judiciales crean un clima emocional, no racional, a favor del independentismo».

Es un hombre acostumbrado a pactar y a dialogar. Quizás por eso, bajo su dirección, Iniciativa per Catalunya se definió como ecosocialista, abandonando la hoz y el martillo del viejo PSUC. Joan Herrera (Barcelona, 1971) fue diputado en el Congreso y en el Parlament. Partidario del derecho a decidir colaboró con la organización de la consulta del 9 de noviembre de 2014, aunque siempre expresó su disconformidad con la forma de hacer las cosas.

Añora, sobre todo, su estancia en el Congreso de los Diputados por «cuestiones de agenda. Hablábamos de muchas cosas. En el Parlament, eso era casi imposible».