
Hogar
Adiós al mal olor en tu cocina: el método sencillo para desatascar el fregadero
Frente a este problema doméstico, existe una alternativa casera, económica y respetuosa con el medio ambiente

En cualquier hogar, la cocina es un espacio de uso constante y, como tal, es habitual que acumule residuos que acaben generando problemas. Uno de los más comunes, y también de los más molestos, es el atasco del fregadero, acompañado en muchas ocasiones por un desagradable olor que no desaparece ni con productos perfumados ni con limpieza superficial. Afortunadamente, no es necesario recurrir a productos agresivos ni caros para devolverle la frescura a esta zona esencial de la casa. El truco está en volver a lo básico.
Un problema más común de lo que parece
Los fregaderos obstruidos son consecuencia directa del uso diario: restos de comida, grasa, aceite, detergentes y pequeñas partículas que, con el tiempo, se adhieren a las paredes internas de las tuberías. Esto no sólo dificulta el paso del agua, sino que también se convierte en el caldo de cultivo ideal parabacterias que provocan malos olores.
Y es que, aunque a simple vista el fregadero parezca limpio, el interior de sus conductos puede contar una historia muy distinta. El olor que de pronto invade la cocina suele ser la primera señal de que algo no va bien.
El método casero, rápido y ecológico para desatascar el fregadero
Frente a este problema doméstico, existe una alternativa casera, económica y respetuosa con el medio ambiente. No se trata de un producto milagroso de supermercado, sino de una fórmula sencilla que combina elementos que probablemente ya tienes en casa: sal gruesa, bicarbonato de sodio, vinagre blanco y agua hirviendo.
Paso a paso para desatascar y eliminar el mal olor:
- 1. Mezcla los ingredientes secos. En un bol, combina un cuarto de taza de sal gruesa con un cuarto de taza de bicarbonato de sodio.
- 2. Vierte la mezcla en el desagüe. Hazlo directamente sobre el desagüe seco para que el polvo actúe con más efectividad
- 3. Añade agua hirviendo. Justo después de echar la mezcla, vierte lentamente una olla pequeña de agua hirviendo. Esto ayudará a movilizar los residuos y desinfectar.
- 4. Espera unos minutos. Deja actuar la mezcla durante al menos 10 minutos. En ese tiempo, se disolverán los restos adheridos a las paredes de las tuberías.
- 5. Incorpora vinagre blanco. Pasado ese tiempo, añade medio vaso de vinagre blanco al desagüe. La reacción efervescente ayudará a eliminar cualquier resto persistente y neutralizará el mal olor.
Este sencillo método puede repetirse una vez por semana como medida preventiva, especialmente en cocinas con uso intensivo.
¿Por qué funciona tan bien?
La combinación de ingredientes no es casual. La sal actúa como abrasivo natural, ayudando a remover residuos sólidos que se acumulan en los rincones del conducto. El bicarbonato de sodio tiene propiedades desinfectantes y desodorizantes, por lo que combate tanto la suciedad como los olores. El agua hirviendo potencia el efecto disolvente, y el vinagre reacciona con el bicarbonato, generando una efervescencia que arrastra los restos más resistentes.

A diferencia de los productos químicos convencionales, esta solución casera no es corrosiva, no daña las tuberías y no representa un riesgo para quienes manipulan la cocina o los alimentos. Además, evita la exposición a componentes tóxicos presentes en muchos limpiadores comerciales y reduce el uso de plásticos, al no necesitar envases industriales.
Mantener el fregadero libre de atascos y malos olores no requiere grandes gastos ni productos sofisticados. Con ingredientes sencillos y accesibles, es posible mantener esta parte esencial de la cocina en óptimas condiciones, alargando la vida útil de las tuberías y mejorando la higiene general del hogar. Un pequeño gesto semanal puede ahorrarte visitas del fontanero.
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