Política

El desafío independentista

Puigdemont planea un referéndum «on line»

La Guardia Civil cree que la Generalitat ya ha contactado con una empresa que dispone de un servidor en el extranjero para la consulta. Podemos, que utiliza estos sistemas de votación, les habría asesorado

Varias estudiantes cuelgan ayer carteles a favor del referéndum en la Universidad de Barcelona
Varias estudiantes cuelgan ayer carteles a favor del referéndum en la Universidad de Barcelonalarazon

La Guardia Civil cree que la Generalitat ya ha contactado con una empresa que dispone de un servidor en el extranjero para la consulta. Podemos, que utiliza estos sistemas de votación, les habría asesorado.

La Guardia Civil sospecha que los organizadores del referéndum secesionista del 1-O podrían estar en contacto con los responsables de un servidor, situado en el extranjero con el fin de que la votación prohibida de manera expresa por el Tribunal Constitucional y ante la casi seguridad de que no se pueda realizar en colegios electorales y la falta de una autoridad que supervise el proceso (han dimitido todos para no pagar una multa de 12.000 euros diarios), se realice de forma electrónica, es decir, virtual.

En esta nueva estrategia, que se enmarcaría en ese plan de «contingencia» que anunció la semana pasada el propio Puigdemont, podrían estar «asesorados» por personas del entorno de Podemos, una partido que utiliza de manera habitual las votaciones «on line» en su sistema de organización interna. Fuentes de la investigación consultadas por LA RAZÓN han reconocido que, una vez obtenida la autorización judicial e iniciado el proceso para evitar la «trampa», es prácticamente imposible acceder a esos servidores, que tienen una serie de sistemas que los hacen poco vulnerables.

Sin embargo, sí se pueden adoptar una serie de medidas, siempre bajo el amparo judicial, para complicar de forma extraordinaria la votación y lograr que el servidor no sea fácilmente accesible para los que quieran emitir su voto desde su ordenador personal o móvil.

En definitiva, actuar en la fase intermedia entre los que quieren usar ese «dominio» y la central del mismo y hacer que la navegación se convierta en algo muy complicado para aquellos que quieran burlar la ley. Lógicamente, estos sistemas no se rebelan, pero ya se trabaja en ellos ante la hipótesis de que los organizadores del referéndum ilegal decidan utilizarlo.

Este método de votación deja muchas dudas sobre su fiabilidad y puede ser «hackeado» con «fuego amigo» para ofrecer unos resultados cuasi unánimes y con una participación altísima a favor del «sí». En definitiva, lo que pretenden los separatistas: tener un «resultado», sea cual sea, sin ningún tipo de aval creíble, que justifique los siguientes pasos que parecen dispuestos a dar y que pasan por la proclamación de la República catalana en la primera semana de octubre. De lo que se planteó al principio por el secesionismo a un resultado «on line», prácticamente imposible de auditar, dista mucho y no tiene «venta» ni a nivel interior o internacional. Pero es el último intento de los independentistas de intentar que su referéndum ilegal no sea más que una quimera.

Este sistema, que ya ha sido utilizado por el partido de Iglesias para consultas internas, (no una consulta a la población) y provocó no pocas dudas por los llamativos resultados a favor de quien controlaba el proceso. Expertos en la materia, subrayan que el sistema de voto electrónico más seguro que existe en el mercado puede fallar en asuntos tan simples como facilitar la clave (la llave) de las base de datos a un tercero que puede hacer un uso supuestamente legítimo (en plan auditoría) o ilícito.

Guste o no a los que defiende estos sistemas (que pretenden sustituir a las tradicionales formas de ejercer el derecho a voto) existe siempre el riesgo de fraude y de amenazas a la seguridad por parte de «hackers».

A diferencia de ese sistema tradicional, la verificación de la identidad del votante no se puede realizar de forma personal; y la disculpa de que todo puede ser perfectamente auditado es tan creíble o no como la de que todo puede ser manipulado o no, mediante un pirata informático.

Las fuentes consultadas subrayan que, si lo que quieren es un resultado, sea el que sea, que, sin duda, será favorable a sus intereses, para seguir con el «procès», continuarán con el «todo vale» que se ha dado hasta ahora.

Según se publicó en su momento, Podemos, que apoya abiertamente a los separatistas, utilizó para las votaciones «on line» de su partido dos empresas: Agora Voting y OpenKratio, que, según los organizadores, actuaban como «autoridades de votación».

Se dijo también que eran grupos independientes y sin vinculaciones políticas, económicas ni ideológicas con el partido. La primera aportó el sistema de voto electrónico y participó en el recuento de los votos con la segunda, que operaba como simple «observadora». Toda una garantía para un referéndumn como el de 1-O.

Las empresas que han trabajado para Podemos aseguran que el software utilizado es de confianza y ha sido probado en anteriores procesos. Sin embargo, admiten que el ordenador o el móvil del votante es el punto más débil de la cadena; si el aparato es vulnerado, el voto podría ser revelado a terceros o modificado. En definitiva, garantizan, de esa manera, el control de sus servidores pero, lógicamente, «no pueden hacer lo mismo con los dispositivos de los usuarios», que es tanto como decir que no hay ningún tipo de seguridad frente a los sistemas tradicionales de votación.

Las fuentes consultadas han señalado que se hace un seguimiento de todos los sistemas que puedan utilizar los separatistas para el referéndum de secesión. Aunque se detecta que ya son muchos los que han comprendido que es imposible celebrar la consulta con unas mínimas normas y que la obstinación de los organizadores les ha llevado a vulnerar sus propias leyes.

Por otra parte, la web garantiespelreferendum.cat tiene una apariencia idéntica a la creada –y cerrada por orden judicial– por la Generalitat para proporcionar información sobre el referéndum del 1-O, pero ofrece referencias erróneas sobre dónde votar cuando se introducen los datos requeridos, informa Efe.