Abusos a menores

Absuelta una mujer que fue separada de su hija por darle dos cachetes

La Audiencia Provincial de Valencia ha absuelto a una mujer que fue condenada a dos años de alejamiento de su hija por un delito de malos tratos, después de que le propinase dos cachetes y le arrojase un estuche. La sentencia absolutoria se produce tras dos años de separación entre madre e hija y considera que fue "un hecho puntual"y que le ampara el 'derecho-deber de corrección' sobre la menor.

El tribunal reconoce que la mujer dio dos cachetes a su hija sin causarle lesión y cita sentencias previas en las que acciones como un cachete, un azote en las nalgas o una bofetada sin intención de producir un menoscabo físico por su levedad y propinadas para corregir un comportamiento insolente, violento o agresivo por parte del hijo no merecen reproche penal.

Por eso, la Audiencia ha aplicado el principio de intervención mínima y la jurisprudencia anterior al 'conocido como derecho-deber de corrección' que tienen los padres sobre sus hijos. "Me encuentro como si estuviera a dos metros por encima del suelo, como si no pesara, y con ganas de volver a empezar con todo para pedir lo que me corresponda", ha indicado a Europa Press Televisión la afectada, de nombre Lorena, quien comentó que estos dos años sin ver a su hija han sido un "infierno"que no desea a nadie.

Lorena ha subrayado el contenido de la sentencia de la Audiencia que la absuelve de un delito de malos tratos y sólo la condena por una falta de maltrato de obra a la pena de un mes de multa con una cuota diaria de seis euros. "Dice que está claro que fue un hecho puntual, que era un correctivo, porque si (la niña) no cumple con sus obligaciones no puedes dejarla. Es normal que un padre intente enderezar a su hija, otra cosa es aplicar la violencia con la intención de hacer daño", ha explicado.

La afectada dice que no entiende que la condenaran por dar dos cachetes "puntuales"a su hija y explica que se produjeron después de la menor le engañase y tuviera un mal rendimiento escolar. "Las leyes están para cumplirlas pero no se puede aplicar la misma ley a todos los casos", ha señalado la joven. Asimismo, ha destacado que la sentencia de la Audiencia "recrimina"a la juez que la condenó "por no haber aplicado la lógica"ya que, según ha explicado, "no había ni parte de lesiones, ni antecedentes y la niña declaró luego que fue un momento puntual".

"A todos nos han dado una bofetada alguna vez. Una cosa es que te ensañes con un niño, pero con esta ley hay mucha gente malintencionada que puede hacer mucho daño", ha apuntado Lorena quien, no obstante, y a pesar de decir que fue "algo puntual"ha asegurado que no volverá a hacerlo.

"LE DIJERON LO QUE TENIA QUE DECIR"
Los hechos ocurrieron en noviembre de 2008, cuando la niña tenía ocho años de edad y su rendimiento escolar era "muy bajo". "Le encontré una libreta llena de dedicaciones negativas (de los profesores) y me disgusté mucho con ella. Me puse a llorar y ella me dijo que tenía razón y que no lo iba a hacer más", ha explicado Lorena.

Días después, Lorena miró la cartera de la niña y se encontró más notas negativas de la niña. "Le di dos cachetes, la castigué y esto lo aprovecharon --la familia paterna-- para denunciarme por malos tratos", ha señalado. Según su testimonio, al día siguiente, el abuelo paterno de la menor la llevó al colegio y después contactó con Lorena para decirle que llevarían después de clase a la niña al oftalmólogo, aunque acabaron en comisaría. "Le compraron la consola que yo le había prometido y con eso y las frases que le dijeron que dijera me denunciaron por malos tratos", indicó la joven.

La propia Lorena fue a comisaría a denunciar que la familia paterna no le devolvía a la niña y allí mismo quedó detenida. Posteriormente, el juzgado de lo Penal número 7 de Valencia la condenó a 56 días de trabajos sociales, le retiró la custodia y le impuso la prohibición de acercarse a la menor durante dos años. "Fue muy fuerte", comentó Lorena, quien señaló que el ser acusada de malos tratos es algo que no va "a digerir"en su vida, ya que siempre ha "pecado de permisiva". "Fue algo puntual y mira lo que me ha costado, pero no lo volveré a hacer desde luego, porque he vivido este tiempo en un infierno", indicó la madre, quien comentó que salió culpable "sin parte de lesiones y sin antecedentes". "Todo humo", destacó.

REENCUENTRO CON LA PEQUEÑA
Tras la sentencia de la Audiencia de Valencia, Lorena ha podido ver a su hija en dos ocasiones en un punto de encuentro familiar. En un primer momento la niña no quiso ver a su madre pero la trabajadora social consiguió que accediera. "Lo que tenía mi hija era miedo al enfado que yo pudiera tener con ella", indicó Lorena, quien comentó que la niña "se pensaba que iba a estar unos días con los abuelos y no pensaba en la repercusión que podría tener esta acción".

"Me senté a su lado y estaba como enfurruñada, sin mirarme. Le dije: ¿me quieres dar un beso? Me miró a ver si estaba enfadada y se tiró a mi cuello como si no hubiéramos dejado de vernos", ha relatado emocionada la madre, que espera ahora recuperar la custodia de la pequeña