Ciencia y Tecnología

Los zoos del futuro

¿Y si los centros de naturaleza del futuro fueran el objeto de deseo de los más pequeños...y no tanto? Algunas empresas ya trabajan en recrear cientos de Pokémon gracias a la técnica de realidad aumentada

La realidad aumentada de Magic Leap llevó una ballena a un gimnasio
La realidad aumentada de Magic Leap llevó una ballena a un gimnasiolarazon

¿Y si los centros de naturaleza del futuro fueran el objeto de deseo de los más pequeños...y no tanto? Algunas empresas ya trabajan en recrear cientos de Pokémon gracias a la técnica de realidad aumentada

Salir de viaje implica recibir en destino decenas de folletos intentando seducirnos para visitar los sitios típicos de la zona: museos de la seda, templos budistas, parques acuáticos, zoos marinos y una de las adquisiciones más extrañas: los parques de mariposas, camaleones, cactus o cualquier especie vernácula que puede tener algún interés. Y generar algún ingreso.

Obviamente llamaría mucho más la atención un zoo con especies extintas resucitadas gracias a la tecnología genética. Algunos experimentos ya se están haciendo en este campo para regresar a la vida mamuts, rinocerontes lanudos, pájaros Dodo, el moa (un ave de Nueva Zelanda, cruce de dodo y avestruz, por así decirlo) o el tigre de Tasmania. Sin duda ver estos especímenes constituiría un reclamo enorme, aunque no tan grande como el de resucitar los dinosaurios, algo que la tecnología actual considera imposible.

Pero sin duda, el zoo que más éxito tendría en los próximos años es el de las criaturas nacidas de la imaginación. Y no estamos hablando de unicornios, dragones o sirenas. Si no de Pokémon: un parque cerrado donde observar a estos monstruos de bolsillo en su «hábitat natural».

Para ello hay dos opciones. La primera es utilizar la genética y combinar el ADN de animales ya existentes y similares a los Pokémon (buscad pulpo Dumbo y veréis un ejemplo) con otros con «superpoderes», como la mantis marina, capaz de ver cientos de colores que nosotros ni imaginamos.

La otra opción es menos polémica y más rica en términos de espectáculo. Muchos zoos del mundo ya han comenzado a abrir sus puertas por la noche, invitando a los jugadores de Pokémon Go a cazar bichos dentro del recinto. Los de Sacramento, Londres, Cincinnati, Chicago y Berlín, son sólo algunos ejemplos.

Pero la firma norteamericana Magic Leap, la responsable de llevar una ballena a un gimnasio a través de la tecnología de realidad aumentada, está dando los primeros pasos para recrear los cientos de Pokémon mediante esta técnica y llevarlos a un entorno natural (todo lo natural que pueden ser estas criaturas) y ver cómo interactúan entre ellas, su evolución y hasta fotografiarse con ellas. Todo para el disfrute de grandes y pequeños.

Un parque temático como éste debería recrear los diferentes hábitats de los Pokémon (montaña, desierto, agua, hielo, etc.) para mayor realismo y desde luego no sería el lugar para ir a capturarlos, pero sí para observarlos a todos. Principalmente porque la Universidad de Florida, en Estados Unidos, ha calculado la energía de una pokeball, y es suficiente para destruir unos 8 millones de planetas.