Moda

Loewe se pone flamenca

J.W. Anderson realiza un despliegue de sensualidad en la semana de la moda de París con diseños «oversized» y la piel como hilo conductor.

Las mangas con faralaes fueron protagonistas del desfile de ayer de Loewe
Las mangas con faralaes fueron protagonistas del desfile de ayer de Loewelarazon

J.W. Anderson realiza un despliegue de sensualidad en la semana de la moda de París con diseños «oversized» y la piel como hilo conductor.

La mujer cosmopolita que el director creativo de Loewe, J. W. Anderson, tiene en mente desde que llegó a la firma española coge forma en cada uno de sus desfiles. El de ayer, en el que presentó su visión para la primavera-verano de 2017, sirvió para que el joven consolidara esta tendencia al desplegar sobre la pasarela unos «looks» que definen a la perfección el espíritu de las féminas del siglo XXI. Diseños arriesgados, innovadores y elegantes que pueden vestir a la mujer las 24 horas del día sin descuidar su silueta y sensualidad. Acompañadas por un vídeo musical elaborado por el artista Magali Reus un tanto angustioso (la respiración de un hombre-náufrago contraía el aliento de los presentes), las maniquíes desplegaron todo el arsenal creativo de Anderson. Sin tregua. Destacaron las blusas-balón, los vestidos largos sin ceñir, las maxi mangas, las faldas desestructuradas y, por supuesto, las prendas de piel (marca de la casa) tratadas con el tradicional cuidado de Loewe. Si hay un aspecto a destacar del universo Anderson es su habilidad para conseguir que en cada uno de sus diseños la esencia de la feminidad quede reflejada pese a que gran parte de su colección incluye prendas anchas que no sacan partido a las curvas.

A pesar de que se trataba de la colección estival del próximo año, el diseñador optó por recargar algunos de sus «looks» con sobreposición de prendas, por lo que, en ocasiones, daba la sensación de estar viendo su colección de invierno. Una apuesta arriesgada pero que desató los aplausos de la sala, donde no quitaba ojo a las creaciones la editora de «Vogue» EE UU, Anna Wintour. En los plisados utilizó una nueva técnica de lavado y costura para envejecer la piel y sobresalió un vestido de napa deconstruido y vuelto a coser con crochet.

Fue curioso comprobar que la mayoría de sus diseños parecían emanar de los accesorios, más en concreto de los bolsos (véase el ya conocido Hammock bag o el novedoso Canoe con forma de trapecio redondeado), como si se tratara de una semilla creativa cuyo fruto se iba desplegando alrededor de la silueta femenina.

Es cierto que Anderson siempre reconoce que la mujer española es fuente de inspiración constante para él, así como la cultura de nuestro país. Y ayer quiso llevar parte de esa tradición a las mangas XL de algunos diseños, a las que cosió volantes creando una suerte de «brazo de faralaes» en un claro guiño al flamenco.

Con murciélagos

Sus cinturones-péplum no dejaron indiferentes. Tratados en cuero, marcaban a modo de fajín (eran muy anchos) la cintura, sobre la que después se desplegaba una exquisita falda vaporosa. Destacaron también sus cartucheras del viejo oeste en versión contemporánea. Y si en la pasada edición sorprendió con los collares de cabeza de gato, en esta ocasión decoró el cuello de las modelos con murciélagos blancos y brazaletes «big size» dorados que tomaban formas florales. Imposible obviar su propuesta de zapatos: unas sandalias con toque oriental y unos botines negros de tacón imposible. Un nuevo respiro de aire fresco en este maremágnum que supone el mundo de la moda.