Zaragoza

El Toro de la Vega: más agentes que en un partido de fútbol

«Rompesuelas» será alanceado hoy en Tordesillas
«Rompesuelas» será alanceado hoy en Tordesillaslarazon

Más de 250 agentes de la Guardia Civil y un helicóptero controlan la localidad vallisoletana, a la que podrían llegar hasta 35.000 personas para ver el evento.

Los enfrentamientos por la celebración del Torneo del Toro de la Vega en Tordesillas (Valladolid) se ha convertido de unos años para atrás en el icono de lo que unos llaman maltrato animal. Este año los motores se han calentado incluso antes de su celebración, con amenazas al alcalde, primer defensor de esta tradición, y a los vecinos que enel día de hoy abran las puertas de sus establecimientos.

Para evitar que el festejo se vea relegado a un segundo plano por los enfrentamientos, como los acaecidos el año pasado, en esta ocasión la Guardia Civil se ha reforzado. Más de 250 efectivos de la Benemérita conforman el dispositivo de esta edición, según los datos facilitados por los agentes. Se trata de «150 agentes de las unidades de antidisturbios de León, Madrid y Zaragoza, y al menos 100 más de la Unidad Territorial de la Comandancia de Valladolid. Más efectivos que ningún año», añaden.

A todos ellos hay que sumar un helicóptero que servirá de apoyo para las unidades terrestres y que ya ayer sobrevolaba la zona. Tal es el despliegue que en la víspera había dos controles parando aquellos vehículos que considerasen sospechosos. Se trata, nos dicen, de evitar que lleven cadenas y que haya enfrentamientos. Un dispositivo impresionante para ser una fiesta popular. Máxime si se compara con que en los partidos de fútbol hay de media 200 policías para salvaguardar el orden. De hecho, para el partido entre el Atlético de Madrid y el Deportivo de la Coruña de 2014 en el que mataron a Jimmy había un total 160 agentes.

En Tordesillas el ambiente que se respiraba un día antes de la celebración era de hartazgo, no comprenden que su tradicional festejo sea año tras año objeto de polémica. «Algunos deberían aprender a respetar a los demás, como los demás hacemos, y no llamar a la casa de uno y decirle que es un asesino. Hay cosas que a mí no me gustan y no protesto», relataba un vecino. «Llevamos diez años aguantando estas bobadas y la gente, que por ahora está tranquila, puede que un día se caliente», añade. «No hay derecho a esto. La gente está preocupada por las amenazas a los comercios. Quieren que nos rindamos a ellos», afirmaba una vecina. Este festejo es una tradición, pero también supone un buen capote para la economía local: «Gracias a este festejo la mitad de los negocios pasará el invierno un poquito más desahogados. Esta fiesta supone un ingreso grandísimo», relataban los dueños de un restaurante que preferían no decir el nombre por temor a problemas. «Estamos en nuestro derecho de celebrar este torneo hasta que le ley cambie. Yo no digo que no llegue un día en que se suelte al toro y no se le pueda matar. Pero ese día no es hoy», afirmaba otra vecina. «Y son pocos, les pagan 50 euros y les dan un bocadillo para que vengan a hacer ruido», añadía con indignación.

Con el fin de evitar que se produzcan hoy enfrentamientos, la Guardia Civil empezó ayer a hacer controles en al menos dos puntos del pueblo. «Este festejo está permitido por la Delegación de Gobierno y nuestro cometido es garantizar que se celebre y evitar enfrentamientos», decía un agente, que después recordaba que aquí todo el mundo va con cachabas (bastón) y si a uno, como ha pasado en años anteriores, se le ocurre tirar una piedra, se lía. Por eso, durante el festejo, los proanimalistas estarán separados de los vecinos en la zona en la que se da la puntilla al animal.

Mientras, por las calles de Tordesillas se respiraba un ambiente de tranquilidad. «No esperamos enfrentamientos, porque Tordesillas está lleno de agentes», decía otro vecino. Los demás preferían no comentar nada a la Prensa. No somos muy bienvenidos. «Siempre sacáis una sola versión», afirmaban y se cortaba el diálogo. ¿Ni siquiera para decir cuántos turistas vendrán? «No».

La estimación varía: entre 8.000 y hasta 35.000, una horquilla muy grande para una localidad de unos 9.000 habitantes que hoy celebrarán un festejo en el que los asistentes contra el maltrato animal irán de forma personal, según explicaron desde Pacma, Anima Naturalis o la plataforma La Tortura no es Cultura, que, como la Asociación de Veterinarios Abolicionistas e la Tauromaquia y el Maltrato Animal (Avatma), defienden que «el toro (este año Rompesuelas) sufre».

Una fiesta que se remonta al año 1355

Para Jesús López Garañeda, escritor, autor de varios estudios sobre el Toro de la Vega, esta fiesta es «una reliquia antropológica», «olor de siglos» y «perenne árbol con la raíz tordesillana». Y es que esta tradición se retrotrae a 1355, cuando Pedro I decretó, tras el nacimiento de su hija Isabel, que los torneos que se celebraban en el recinto de las plazas, lo hicieran a partir de entonces al aire libre. El Torneo, explica el Ayuntamiento de Tordesillas, estriba en la suerte de medir las fuerzas entre un hombre y un toro sin despuntar, de entre 500 y 600 kg. y entre 4 y 7 años de edad, de acuerdo con los cánones establecidos.

«No hay maltrato, es un juego con la muerte ante el animal»

A favor / José Antonio Rico Ovejero

Lancero partícipe del Reglamento del Torneo del Toro de la Vega

El Toro de la Vega es un legado de los que nos han antecedido. Es parte de nuestra cultura, de nuestra identidad, forma y expresión del pueblo de Tordesillas. Lo han transmitido generación tras generación durante siglos todos aquellos que han pasado por el pueblo. Es un festejo que ha ido pasando de padres a hijos y que tiene un reglamento específico que ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Y es de suma importancia que siga transmitiéndose a la generación venidera. Porque aquí no hay ningún tipo de maltrato. Lo que existe es el juego con la muerte ante un animal al que respetamos aquellos que participamos en el festejo entregando nuestra propia vida. Y es que nos jugamos la vida delante de él, en su hábitat, únicamente con una lanza y la destreza y la inteligencia del ser humano frente a la fuerza bruta de un ser encastado como es el toro de lidia.

Los hay que quieren acabar con este torneo y con el resto de la fiesta de los toros, pero es una moda. Y como tal, es perjudicial para la sociedad. Lo bonito de una democracia es la diversidad de pensamiento y de criterios, pero lo que identifica a una democracia es el respeto. La libertad de uno acaba cuando empieza la de otro. Cuatro señores con poder mediático y económico están tratando de confundir al resto de la sociedad humillando, vejando y maltratando no sólo a un pueblo sino a algo identificativo de la nación como es la fiesta de los toros. Pero para hablar de un asunto hay que tratar de conocerlo y profundizar en lo que conlleva para luego poder discurrir sobre ello.

«La sociedad va a acabar con esta cruel tradición»

En Contra / Silvia Barquero. Presidenta de PACMA (Partido Animalista)

Hace diez años, cuando en PACMA comenzamos a trabajar contra el Toro de la Vega, éramos sólo un puñado de personas indignadas y perplejas al saber que en un pequeño pueblo de Valladolid, los propios vecinos, armados con lanzas, perseguían a un toro para darle una muerte atroz.

Hoy ya no somos un puñado de personas, hoy el clamor social que pide el fin de este festejo es unánime, lo demostramos el sábado pasado llenando la Puerta del Sol en una manifestación que ha marcado un antes y un después en la historia de la protección animal en España.

Hemos hecho todo lo humanamente posible para evitar la ejecución de Rompesuelas, el nombre de la víctima de este año. Qué ironía ¿Hay algo más perverso que ponerle nombre a quien vas a matar?

Por más difícil que nos lo pongan alcaldes y políticos sin la valentía de terminar de una vez por todas con este linchamiento colectivo, seguiremos trabajando con todas nuestras fuerzas para que Rompesuelas sea el último Toro de la Vega.

Estamos convencidos de que la sociedad española va a poner punto final a esta vieja, cruel y triste historia, algo que nos envilece como sociedad y nos perjudica como país, frente al resto de naciones civilizadas.

No hay cabida para quienes se mantienen anclados en bárbaras tradiciones. Es el momento de avanzar, de tomar decisiones que contribuyan al desarrollo moral, ético y económico de nuestra sociedad.

El pasado es Tordesillas, el futuro corresponde a quienes respetamos a los animales.