Castilla y León

«No pedimos lujos sino sólo lo esencial y que no nos discriminen»

Ismael Alonso reivindica la calidad de vida en los pueblos

Ismael Alonso, presidente Asociación Pueblos Olvidados de Burgos
Ismael Alonso, presidente Asociación Pueblos Olvidados de Burgoslarazon

Unos servicios mínimos, y que les reconozcan y cuenten con ellos a la hora de repartir ayudas económicas y subvenciones. Estas son, grosso modo, las principales peticiones que hacen desde la Asociación Pueblos Olvidados de Burgos a la Diputación Provincial y a la Junta de Castilla y León de cara a la legislatura recién comenzada. Ismael Alonso preside esta reivindicativa asociación que lleva funcionando desde 2009, compuesta por unas 650 pedanías y juntas vecinales de la provincia burgalesa en las que viven alrededor de 26.000 personas. Alonso es muy crítico con la labor que están haciendo la Diputación de Burgos y la Junta de Castilla y León así como con los dos grandes partidos, PP y PSOE. «No nos reconocen ni cuentan con nosotros para nada. Somos alcaldes de tercera división», lamenta a LA RAZÓN, tras poner como ejemplo de ello que no tengan peso ni en el Plan de Empleo ni en la Caja de Cooperación, o que su voto no sirva para en la elección de los diputados provinciales. Tampoco entiende que las ayudas económicas y subvenciones que llegan a los ayuntamientos principales no se traslade después a estas pedanías, «con el agravante -dice- de que se genera división y enfrentamientos».

Ismael Alonso, que además es alcalde de Quintanilla Cabe Rojas, una pedanía que pertenece al Ayuntamiento de Rojas y al partido judicial de Briviesca, se queja también de que el Plan de Pedanías, en el que según cuenta tocan a 30 euros por censado, es insuficiente para asegurar unos servicios sociales y culturales mínimos. Y advierte de que todavía hoy, en pleno siglo XXI, y aunque la gente está volviendo poco a poco a estos pequeños municipios para trabajar en el campo debido a la crisis, siguen teniendo muchas carencias «que están provocando que cierren empresas y que la gente se marche a ganarse la vida a otros lugares». Entre ellas, cita la conexión a internet, «que no llega o va demasiado lento y es fundamental para que se asienten empresas», la ausencia de agua potable y alumbrado público, o la necesidad de que se mejoren las carreteras de acceso a los municipios. «No pedimos lujos, sino sólo lo esencial para vivir con dignidad y que no nos discriminen», insiste Alonso, quien reivindica la calidad de vida en el medio rural y considera vital apostar por la recuperación de iglesias y de patrimonio en estos lugares, «porque genera empleo y bienestar en los vecinos». El presidente de la Asociación Pueblos Olvidados de Burgos denuncia también las «abusivas tasas» que tienen que pagar los vecinos de la comarca de La Bureba, «de hasta un 51 por ciento -dice- por la no prestación de servicios, como el tratamiento de residuos urbanos», y reclama una renovación y regeneración democrática de instituciones y políticos. «No es de recibo que algunos lleven más de treinta años como diputados», finaliza.