Ahora Madrid

Memoria histórica de quita y pon

El Ayuntamiento repone el homenaje a los carmelitas y dice que lo retiró por «error»

El viernes pasado los operarios del Ayuntamiento acudieron al cementerio de Carabanchel y retiraron la placa a los carmelitas fusilados en 1936 tras asegurar al párroco que se la llevaban a restaurar
El viernes pasado los operarios del Ayuntamiento acudieron al cementerio de Carabanchel y retiraron la placa a los carmelitas fusilados en 1936 tras asegurar al párroco que se la llevaban a restaurarlarazon

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, no gana para disgustos, como los que le está provocando la aplicación de la Ley de Memoria Histórica en las calles y monumentos de la capital. Por si no fuese suficiente con el «repaso» que en el pasado pleno le hizo el edil popular Pedro Corral sobre los errores en la lista de vías y homenajes condenados a desaparecer según el dictamen de la Cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense de Madrid, cuyo contrato asignado por 17.999 euros para saltarse los controles ha quedado en evidencia, ahora tiene que admitir otra equivocación garrafal en su ciega «purga de la Memoria».

Apenas unas horas después de que Mayer justificase la retirada de la placa en homenaje a ocho frailes carmelitas fusilados en el Cementerio Parroquial de Carabanchel, el consistorio madrileño tuvo que rectificar y aseguró que devolverán la placa a su sitio. El Arzobispado de Madrid alertó de la «confusión».

A primera hora de la tarde, la concejala de Cultura había insistido en que los cinco vestigios retirados son de titularidad municipal y, por tanto, no necesitaban ninguna autorización para quitarlos, y aseguró que su eliminación está justificada por «varios informes técnicos». Sin embargo, ante la reclamación del Arzobispado de Madrid, que consideró una «inadecuada aplicación de la Ley de Memoria Histórica» la retirada del homenaje a los frailes «dada la exclusiva condición de víctimas de los carmelitas, pacíficos testigos de la reconciliación a la que todos debemos contribuir», el consistorio madrileño volvió a revisar la documentación técnica y reconoció su error.

Una equivocación que achacaron a la «transmisión técnica de la información» y que tuvieron que estudiar sesudamente los servicios jurídicos del Ayuntamiento, que se reunieron ayer por la tarde para revisar la retirada de la placa, que será repuesta en el mismo lugar. De hecho, fuentes cercanas al Cementerio Parroquial de Carabanchel denunciaron que el consistorio no informó al párroco de que se iba a quitar el homenaje. Al parecer, varios técnicos municipales llegaron sin avisar el pasado viernes al cementerio y comenzaron a manipular la placa. «Un operario del cementerio los vio y les preguntó qué hacían, a lo que le contestaron que eran del Ayuntamiento e iban a quitar el vestigio para restaurarlo», aseguraron, y destacaron que en ningún caso hubo conocimiento o consentimiento por parte del párroco para realizar los trabajos.

Sin embargo, nada ha dicho el Ayuntamiento aún sobre la retirada de la inscripción del monumento dedicado a José Calvo Sotelo, que fue asesinado un año antes del inicio de la contienda y, por tanto, no entraría en el ámbito de aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Al respecto, Mayer insistió en que su eliminación está justificada por «una serie de informaciones técnicas» y añadió que la ley «recoge otras muchas aplicaciones que tienen que ver con el martirio para justificar la retirada de este vestigio».

Igualmente, la edil de Ahora Madrid defendió que todos los vestigios que han sido ya retirados o están pendientes de desaparecer –está previsto quitar en breve la lápida a los Caídos de Chamartín, el monumento a los mártires en la Sacramental de San Isidro y la placa a los Hermanos Falcó y Álvarez de Toledo en Barajas– son de titularidad municipal, no propiedad privada, por lo que «no es necesaria ningún tipo de autorización para proceder a su retirada, de acuerdo con la Ley de Memoria Histórica».

No es la primera vez que quedan en evidencia las «prisas» de la Administración municipal para eliminar cuanto antes las calles señaladas como «franquistas», y que Mayer justificó en las «denuncias interpuestas por incumplimiento de la Ley». En el último Pleno municipal, el concejal del PP Pedro Sánchez enumeró varias equivocaciones en el informe de la cátedra de la Memoria Histórica de la Universidad Complutense en la que se ha basado el Gobierno de Manuela Carmena para aplicar la «purga» en calles y monumentos.

Así, Corral denunció que en el listado de vías cuyo nombre se sustituirá el Ayuntamiento ha confundido «a Juan Pujol Martínez, propagandista del régimen de Franco, con el más grande héroe español de la Segunda Guerra Mundial, Juan Pujol García, alias Garbo, el espía que engañó a Hitler sobre el lugar del desembarco de Normandía». También, reclamó que la calle al Comandante Zorita se le otorgó por ser el primer español en superar la barrera del sonido y exigió rigor histórico, ya que se acusa a este aviador de haber participado en el bombardeo de Guernica cuando no obtuvo la formación de piloto hasta muchos meses después de que éste se produjera y en el que, además, no participaron soldados españoles, sino tan solo alemanes e italianos.

La ristra de equivocaciones apuntadas por el edil popular alcanzan también a la calle dedicada al empresario vallecano Francisco Iglesias Angelina, nombrada en 1929, al que Ahora Madrid confunde «con la de un as de la aviación como Francisco Iglesias Brage, que nunca tuvo calle en Madrid» y de quien Corral defendió que no participó, como le acusan, en la matanza de la carretera de Málaga, ya que su hoja de servicios «demuestra que ese día se encontraba a más de 700 kilómetros de distancia y además ese día no voló».

«Gobernar escuchando», la excusa de Ahora Madrid

La concejala de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer, que tras el error por la retirada del homenaje a los frailes carmelitas aseguró en el blog municipal que «gobernar es escuchar», criticó horas antes a quienes se han dedicado a apuntar las equivocaciones del consistorio en la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Mayer dijo sorprenderse de la «actitud irresponsable del PP» al respecto y consideró que «en el siglo XXI un partido democrático, sea de la ideología que sea, tiene que hacer una lectura de justicia de lo que ha pasado en este país con la Guerra Civil y con la dictadura», pese a que no han admitido ninguna de las correcciones de los populares.