Primarias en el PSOE

El regreso del ex secretario general

La Razón
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No existe la tercera vía. Nadie –ni mucho menos Patxi López– parece dispuesto a enfrentarse a Susana Díaz. Y es que, aunque la alternativa a la presidenta andaluza y Pedro Sánchez ganase, esa victoria resultaría imposible de cara al futuro: el PSOE nunca podrá ser alternativa a nada sin el apoyo de la federación andaluza. Por eso las posibilidades se van reduciendo: o Susana o Pedro. Es la idea que va consolidando de cara al Comité Federal del próximo sábado. Pero esa reunión tampoco será definitiva. En ella no se fijará aún la fecha del congreso del partido. Se escucharán propuestas y comentarios, pero las fechas serán aproximadas: primarias a finales de mayo y congreso al mes siguiente.

Sin embargo, al desinflarse la llamada tercera vía, a Pedro Sánchez no le va a quedar más remedio que volver. Sus compañeros críticos quieren adelantar el 39 congreso al mes de abril. Cada día que pasa van perdiendo apoyos y sólo les queda como argumento las encuestas publicadas –muy poco favorables al papel de la gestora– para exigir ese adelanto que, sin embargo, les resulta imposible a casi todas las federaciones socialistas. Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Aragón ya se han posicionado en contra, pues aseguran que no permitirían que las federaciones pudieran celebrar sus respectivos procesos congresuales con tan poco margen. Así se lo han hecho llegar a Javier Fernández. Por eso el calendario parece cada vez más claro y el sábado hará una propuesta que apunte a junio para decidir la fecha exacta en el próximo Comité Federal de marzo o abril.

Y aunque las fechas son importantes, incluso decisivas, el tema de fondo es otro: ¿uno o varios candidatos a las primarias? La desaparición de la llamada tercera vía tiene una explicación más que razonable para los críticos: no quieren dividir sus fuerzas. Si Patxi López no tira del aparato del partido, si no resta a Susana ni a los líderes regionales, ellos tampoco se van a apuntar a ese caballo perdedor. Para eso ya tienen a Pedro Sánchez, que tiene más tirón en la militancia. Además, la diferencia entre los dos candidatos –si pierden– es que López aun tiene un papel orgánico que conservar en el partido, mientras que Sánchez ya ha quemado todas sus naves. Y tienen razón. Pero quizá por eso mismo este último también se ha quedado sin algunos de los apoyos que tuvo: Miquel Iceta, Idoia Mendia y Francina Armengol. Ni siquiera César Luena le apoya ya. Pero su núcleo duro está en otra cosa. En un futuro, aunque no inmediato.

El entorno de Pedro Sánchez sabe que el gran error de su jefe de filas fue calcular mal su estrategia y apoyos. Poco va a cambiar en los próximos meses. Por eso su apuesta debe ser de futuro: perder ahora pero seguir en la brecha. Y la próxima batalla será después de las elecciones autonómicas y municipales de 2019. Está claro que el PSOE va a intentar ahora que la candidatura de Susana Díaz sea única para coronar a su nueva lideresa, pero frente a ese consenso del aparato, Sánchez ofrecerá un modelo más a la izquierda que dibuje un partido diferente para dentro de dos años si las cosas no van como deben. Aquélla será su baza.

Y es que el regreso de Sánchez, como todo lo que ha hecho hasta ahora, siempre ha obedecido a un interés personal. Por eso esperará su momento. Y quizá lo tenga si es que para entonces no surge alguien por su izquierda. Que todo podría ser.