César Vidal

Llegó la poligamia

La Razón
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Hace años, cuando ZP decidió en una aberración jurídica colosal legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, afirmé que una de las peores consecuencias de semejante adefesio era que, al quebrarse el matrimonio, monógamo y heterosexual, por este último lado no tardaríamos en llegar a la poligamia. Naturalmente, los partidarios del matrimonio homosexual consideraron que mis palabras eran pura demagogia porque semejante posibilidad no acontecería nunca jamás. Apenas habían pasado unas horas de la aprobación del matrimonio homosexual y los musulmanes solicitaron – con bastante lógica, todo hay que decirlo– que se legalizara la poligamia. La noticia se vio amordazada porque nadie estaba dispuesto a amargarle a ZP su mayor momento de gloria. La Historia de España demuestra una y otra vez que cada vez que se perpetra un disparate, se procura, al mismo tiempo, silenciar a los que se atreven a señalarlo. Sin embargo, al final, los hechos siempre tienen sus consecuencias, guste o no. En Colombia, que desde hace meses sufre un verdadero bombardeo de la ideología de género desde las más altas instancias de la nación, se han casado hace pocos días tres hombres. Entiéndaseme: han contraído matrimonio tres hombres, el uno con el otro. Me refieren que, al parecer, iban a ser cuatro, pero que el cuarto falleció y todo ha quedado en un trío matrimonial. No está mal pensado el episodio para someter a una sociedad nada proclive a aceptar las bondades de la ideología de género. De una tacada, se bendice la aniquilación de la institución matrimonial desde una perspectiva monógama y heterosexual. Además se lleva a cabo de una manera que resulte menos ofensiva. Un hombre casándose con dos o tres mujeres hubiera provocado reacciones de horror, pero tres varones insertos en matrimonio homosexual... hombre, eso es otra cosa. Ya hay cerca de dos millones de musulmanes en España – un millón sólo en Cataluña– que se convertirán pronto en una fuerza electoral de consideración. No lo duden: vamos a escuchar los cantos en favor de las bondades de la poligamia y lo más tremendo será que los progres y las feministas se callarán como ramonetas. ¿Cómo iban a renunciar a esos «aliados objetivos» en la liquidación del actual sistema si llevan tiempo recibiendo dinero de Irán y de otras naciones islámicas? ¿Cómo iban a dejar pasar la oportunidad de arremeter contra la familia natural? Aceptémoslo: llegó la poligamia.