Reyes Monforte

Mentiras viralizadas

La Razón
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Las mentiras cotizan al alza. Y no me refiero a la bonita mentira de cada día de Gabriel Celaya, esa que «no engaña a nadie pero ayuda a vivir...», no, ojalá fuera esa. Me refiero a los bulos, a las mentiras viralizadas, así llamadas en un nuevo giro de la semántica ilustrada. La pasada semana, una conocida cervecera española tuvo que desmentir que el video distribuido por WhatsApp en el que se veía cómo unas palomas eran engullidas y trituradas en un tanque de cebada, se hubiera realizado en sus instalaciones. Al parecer sucedió en Rusia, pero alguien quiso desprestigiar a la cervecera distribuyendo las imágenes. Como ésta, miles de mentiras salen a nuestro encuentro cada día disfrazadas de noticias y como tales las consumimos.

Ya hay cuentas especializadas en desmentir estos bulos y no dan abasto. En la era de la información global es cuando más desinformados estamos. Nos mienten más que nos hablan y está tan asumido que incluso una de las grandes empresas de telefonía se ampara en que mentir es lo habitual en España para justificar ante el juez la subida de su tarifa estrella, a pesar de que su publicidad prometía mantenerla «para siempre». La publicidad ya se sabe que es engañosa, incluso la de Hacienda cuando nos dice que somos todos y que gracias a una abogada del Estado del caso Nóos supimos que era solo un slogan, que a quién se le ocurre creérselo. La mentira se ha hecho viral y a quien no le guste que no juegue, que desconecte del mundo. Puede que sea la única manera de aislarse de la mentira, haciéndose ermitaño del wifi. Eso, o dudar de todo, ponerlo todo en cuarentena o comprobar la veracidad de la noticia, que es más de lo que hacen algunos periodistas. «En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en revolucionario». Si hemos de hacer buenas las palabras de Orwell, no veo yo a mucho revolucionario por estos lares. Disfrazado de susodicho sí, pero es un engaño más. De la verdad os hará libre hemos pasado a la mentira será lo que nos libre y no parece que el personal se sienta incómodo por ello.