El PSOE no puede dejarse arrebatar su posición

Mientras el socialismo español se haya inmerso en un debate mayor sobre su responsabilidad en la estabilidad y gobernabilidad de España, es decir, sobre los intereses generales de los españoles, desde la izquierda populista se trata de aprovechar el trance para conseguir lo que no obtuvo en las urnas. Estamos ante un intento de «sorpasso virtual» que ni se sostiene en la realidad de los votos ni conviene al país, sobre todo cuando sus promotores apelan a la movilización de la calle y al desprestigio de la democracia representativa. Hoy, el PSOE debe tomar una decisión complicada, que una parte de sus bases no comprende ni comparte, como es facilitar mediante la abstención un Gobierno del Partido Popular. Pero, en ningún caso, esa decisión supone que la socialdemocracia española vaya a cederle el papel de la oposición parlamentaria a Podemos. Es más, España necesita en estos momentos un Partido Socialista que se mantenga firme en sus posiciones tradicionales, que esté alejado de la tentación populista y que vuelva a ser consciente de la superioridad intelectual, ideológica y programática de la izquierda democrática europea sobre unos movimientos radicales extremistas, incapaces de superar los dogmatismos marxistas.