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La creación de empleo demuestra la necesidad de un Gobierno estable

La Razón
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El resultado de las pasadas elecciones generales ha abierto un debate aritmético sobre las posibles alianzas. Se suma y se resta sin tener en cuenta qué en concreto. Pero la política de pactos requiere otras aptitudes: hay que analizar los programas concretos, compararlos y descartar los viajes exóticos a costa del contribuyente. El Partido Popular tiene a su favor que su programa es conocido, ha sido aplicado y, en el terreno económico, está dando buenos resultados. Por contra, el PSOE mostró durante la pasada campaña un cierto desconcierto sobre, por ejemplo, el futuro de la reforma laboral. Pedro Sánchez habló de derogarla de un plumazo, mientras que su asesor económico, el ex ministro Jordi Sevilla, era partidario de reformar algunos aspectos, pero nunca de forma completa. Si se habla sobre programas concretos, hay más acuerdos en temas fundamentales que «líneas rojas» insorteables. Los datos sobre el empleo anunciados ayer deberían ratificar que los pactos son posibles si como principio de éstos se sitúa la estabilidad política: el número de parados ha caído en 354.203, casi un 8% en el conjunto del año, y hay 533.186 afiliados nuevos en la Seguridad Social, tras haber registrado en diciembre 85.314 cotizantes más. En 2015 el desempleo cayó en 354.203 personas, el total de ocupados se sitúa en 17.308.400 y el de parados, en 4.093.508 personas. Recordemos que 2011 acabó –cuando Mariano Rajoy llegó a la presidencia del Gobierno– con una caída del empleo del 30%. Una legislatura después, se ha conseguido mejorar los datos que había dejado el último Gobierno socialista, con un avance del paro del 7,8% y 322.266 personas hasta alcanzar las 4.422.359. Son sólo números, evidentemente, pero ilustran una realidad: se ha roto la tendencia de destruir puestos de trabajo y los datos económicos generales apuntan a que el mal endémico de nuestro país puede afrontarse no sólo con protección social, sino con políticas activas para crear empleo. Habrá que esperar, sin embargo, hasta el próximo 28 de enero, cuando se conozca la Encuesta de Población Activa correspondiente al cuarto trimestre, para ver si se confirma esta evolución. Estos datos también ratifican que los cambios aplicados en el mercado de trabajo son, de las reformas llevadas a cabo por el Gobierno en funciones, las que han contado con un mayor respaldo en los mercados financieros. De ahí que algunos sectores socialistas sean favorables a la reforma laboral, aunque añadiendo mejoras, algo a lo que el PP debería estar abierto. Las críticas socialistas a los datos de desempleo facilitados ayer fueron prudentes y sólo se centraron en aspectos sectoriales: precariedad y desigualdad. Sin embargo, olvidaron que los datos permiten ser también optimistas sobre la precariedad: la contratación indefinida creció un 12% y la indefinida a tiempo completo, un 13,8%. En cuanto al reparto del empleo por sexo, motivo también de reproche por parte del PSOE, tampoco coincide con las cifras: algo más de los nuevos afiliados en 2015, el 55,6% eran hombres (296.559 empleados más), mientras que las mujeres fueron 236.626. Todo es mejorable, pero lo importante es estar en la buena dirección y encontrar la colaboración de la oposición en temas tan sensibles como éste. La estabilidad política ha sido clave en la pasada legislatura y lo seguirá siendo. De otra manera no se notará la bajada del IRPF en las nóminas de enero o el descenso del Euribor a niveles históricos; la inflación está por los suelos, la recaudación fiscal crece un 34%, hay más consumo... A la hora de hacer aritmética postelectoral, conviene estudiar con detalle los programas.