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El neandertal español era «vegano»

Los restos de la cueva asturiana de El Sidrón muestran que también se «automedicaban».

El estudio del sarro dental ha permitido conocer otros aspectos antiguos, como la automedicación de los neardentales.
El estudio del sarro dental ha permitido conocer otros aspectos antiguos, como la automedicación de los neardentales.larazon

Los restos de la cueva asturiana de El Sidrón muestran que también se «automedicaban».

Poco a poco, el retrato de la especie neandertal va tomando forma. Sabemos que eran muy inteligentes, con un cerebro que sobrepasaba al de nuestra especie en unos 150-300 cm3. Sabemos también que honraban a sus difuntos con enterramientos. Incluso, aunque es un punto controvertido, hay paleontólogos que creen que tenían cierta sensibilidad artística. Ahora bien, lo que no se esperaba el equipo internacional de científicos que ha estudiado los restos fósiles de dos de estos homínidos en el yacimiento asturiano de El Sidrón era descubrir que no comían carne. «Nos ha resultado sorprendente desde todo punto de vista», afirma a LA RAZÓN Antonio Rosas, investigador del CSIC del Museo Nacional de Ciencias Naturales, uno de los organismos que ha colaborado en el estudio publicado ayer en «Nature». «Sabíamos que los neandertales del norte de Europa eran hipercarnívoros, con dietas similares a las del lobo y la hiena. Mientras, los del sur, llevaban una dieta más diversa. Y estos dos individuos, o no comían carne, o la proporción era menor de lo que esperábamos. Se pone de manifiesto que el componente vegetal de su dieta tiene una importancia que desconocíamos», añade.

El trabajo, liderado por las Universidades de Adelaida (Australia) y Liverpool (Reino Unido), llegó a esta conclusión de forma indirecta: partiendo de los análisis genómicos del sarro de dos individuos (una mujer adulta y diestra y un varón, del que lo único que se sabe es que retocaba los filos de las herramientas de piedra con la boca). El resultado de las pruebas revela que se alimentaban de setas, piñones, musgo y álamo. Si no consumían carne, no se debe precisamente a que no la tuvieran a mano. «Hablamos de una zona del bosque, de hace 49.000 años, en la que había una buena diversidad animal. En yacimientos próximos a El Sidrón se han hallado restos de cabra y rebeco devorados por animales», explica Rosas.

Curiosamente, el análisis del sarro de otro individuo de similares características pero perteneciente a la cueva de Spy, en Bélgica, revela que su dieta incluía rinocerontes y muflones, así como grandes hervíboros. ¿Por qué el neandertal asturiano optó por esta dieta «vegana»? «La ventana por la que miramos es muy estrecha, pero llamativa», dice Rosas. «Quizá, los hongos y el musgo era lo que tenían más a mano», añade. En todo caso, esta tendencia «vegetariana» ya se intuía en otros trabajos sobre neandertales de nuestra península.

Otro de los resultados que arroja el estudio es que aquellos hombres primitivos podían conocer las aplicaciones de las plantas medicinales. El individuo varón conservaba entre sus dientes secuencias de un patógeno que causa problemas gastrointestinales, así como un absceso dental. Dos problemas que le causaban intensos dolores. Quizá por ello, su sarro también ocultaba restos del hongo Penicillium, antibiótico natural que sintetizado da lugar a la penicilina, y de álamo, árbol cuya corteza y raíces contienen ácido salicílico –principio activo de la aspirina–.

«Estamos hablando de una especie humana, con una anatomía y un entorno cultural e ideológico distintos al nuestro, pero con unas capacidades intelectuales muy similares», afirma Rosas. Lo cual lleva a una misteriosa paradoja: «Pese a tener unas cualidades cognitivas más o menos próximas a las nuestras, desde el punto de vista anatómico y evolutivo somos muy distintos».

Su especie y la nuestra se cruzaron

La investigación apunta también a un área que suele ser objeto de controversia entre los investigadores: ¿hubo cruce entre el Neandertal y el Homo Sapiens? Como explica el investigador Carlos Lalueza-Fox, «hoy sabemos que los sapiens se cruzaron en dos ocasiones con los neandertales que luego vivieron en la zona de Siberia». Y quizá, también con los de Asturias. ¿La clave? Un microorganismo bucal común en ambas especies.