ADN

«En 20 años el sexo será sólo recreativo, no para concebir»

Un experto de Standford dice que la principal vía será la inseminación artificial

Un grupo de científicos ha conseguido borrar una enfermedad genética en embriones humanos
Un grupo de científicos ha conseguido borrar una enfermedad genética en embriones humanoslarazon

Un experto de Standford dice que la principal vía será la inseminación artificial

«Nos enfrentamos a una nueva forma de hacer bebés, aunque no será de forma inmediata. Creo que aún faltan unos 20 años hasta que el uso del Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) se generalice, se abarate la secuenciación del genoma y se puedan crear óvulos fecundados a partir de la piel que convertiremos en células madre, pero es hacia lo que nos dirigimos», asegura a LA RAZÓN, Hank Greely, profesor de Derecho de la Universidad de Stanford (EE UU) y experto en asuntos éticos relacionados con los avances biotecnológicos. Acaba de publicar un libro titulado «El fin del sexo. No se preocupe».

Este especialista tiene claro que «la gente no dejará de tener sexo. Sin embargo, será recreativo, lo usarán mucho menos para concebir bebés», afirma Greely. Este experto en avances médicos y sus implicaciones morales y legislativas asegura que «el debate sobre el uso del DGP no se centrará tanto en su utilización para evitar enfermedades, sino cuando la selección de embriones tenga otro propósito, como escoger el sexo o los rasgos de comportamiento del bebé».

Así, ¿nos dirigimos hacia un mundo de bebés de diseño? «No exactamente», asevera el especialista. «A lo que nos dirigimos es a la selección, no al diseño. Las parejas crearán unos cien embriones y escogerán el mejor. Cuando hablamos de diseño nos referimos a modificar algunos rasgos genéticos. La selección, por el contrario, es sólo una elección dentro de todas las combinaciones genéticas posibles de los progenitores», sugiere este experto.

En referencia al estudio que se publicó la semana pasada sobre la posibilidad de borrar una enfermedad hereditaria de un embrión, Greely duda sobre las verdaderas posibilidades de este avance: «Este estudio se acerca más a los bebés de diseño de los que hablábamos. Eso sí, aunque se ha publicitado mucho este avance, lo cierto es que este método aún no puede hacer variaciones genéticas, sólo es capaz de cambiar una de las copias del gen mutado para optar por la sana de uno de los dos padres».

Greely se muestra muy optimista acerca de las opciones que ofrecen estas nuevas herramientas. «Hoy, con la secuenciación del genoma de las células de un embrión podemos predecir unas 6.000 enfermedades, muchas de ellas raras; también la predisposición que tiene a padecer otras tantas como el alzhéimer o algunos tipos de cáncer. Es capaz de predecir algunos rasgos físicos del bebé, así cómo otros de la personalidad y, por supuesto, determina con mucha seguridad si será niño o niña», sostiene. En lo que respecta a otras enfermedades cromosómicas como el síndrome de Down, el profesor de Stanford asegura que el DGP «se podrá eliminar, aunque para ello se tendrá que utilizar este método de forma masiva, algo que es bastante improbable».