Violencia de género

¿Tiene que volver?

La Razón
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Un drama de cinco niños

Juana Rivas debe volver y entregar a sus hijos porque las resoluciones judiciales deben ser cumplidas. Nos encontramos en un Estado de Derecho en el que los jueces interpretan y aplican las leyes. De esta forma, éstos han dictado una resolución, la cual debe ser acatada.

Si finalmente Juana no aparece se enfrenta a un procedimiento penal, con la posible condena por el delito de retención de menores. En el ámbito civil, en el proceso de familia, puede que se adopten medidas desfavorables para ella.

La situación para la madre de Maracena cada vez es peor ante su reiterado incumplimiento de las resoluciones judiciales, siendo cada vez más problemática y difícil de solucionar.

Las motivaciones personales de una madre son muy subjetivas, por lo que es complicado poder interpretar por qué está haciendo todo esto. Creo entender que lo que quiere es proteger a sus hijos, pero se está equivocando en la forma de hacerlo.

Si finalmente Juana no vuelve, el padre de los menores podrá solicitar que se establezcan medidas judiciales como la atribución de la guarda y custodia a su favor, la restricción del régimen de visitas con la madre e incluso la retirada de la patria potestad de la madre, entre otras decisiones que son determinantes para una madre. Todo esto puede suponer que los niños se vean apartados de la figura de su madre, lo que también les perjudica de forma negativa.

Esta situación afecta principalmente a los niños ya que es un verdadero drama para ellos, porque se pueden ver separados de una de sus dos figuras paternas principales.

Paloma Zabalgo, abogada de Familia

De víctima a delincuente

Como madre de una víctima y por las mujeres que han requerido los servicios de nuestra asociación, no entregaría a mis hijos a mi ex pareja. El padre de los niños fue denunciado por violencia de género en 2009, admitiendo dichos maltratos. Como todos sabemos puede que incluso el maltrato no haya sido físico, pero sí psicológico, que es casi imposible de comprobar.

Mujeres que han colaborado con la ley se han visto apartadas de sus hijos y sus derechos han sido pisoteados por un simple «defecto de forma». Existen muchas mujeres que aún estando destrozadas psicológicamente prefieren seguir aguantando ese maltrato, que verse sin sus hijos. Ese acoso también lo sufren ellos, además aunque sean menores, pequeños o medianos, debería contar su opinión.

El actual Código Penal sigue estando anticuado frente a la violencia de género. Nuestra asociación, vaya por delante, no es feminista, sin embargo como le comentamos al Ministro de Justicia Rafael Catalá, este Código criminaliza a la víctima (mujer) y exonera al delincuente (hombre).

Que Juana no se haya presentado, sólo tiene una explicación: de ser la ex pareja el delincuente ha pasado a serlo ella, lo que me resulta bastante curioso.

El Código Penal sigue siendo eminentemente machista cuando una persona denuncia una situación espera una contraprestación de la Justicia adecuada, sin embargo en estos casos no ocurre. En un elevado porcentaje de situaciones, empieza una segunda etapa, otro calvario para la mujer por denunciar. Falta mucho camino por recorrer y es necesario hablar mucho con las víctimas.

Lucila Remedios, fundadora de la Asociación Afavir