Zuckerberg quiere que vivamos 100 años

Derrotar a las cuatro enfermedades más mortíferas del planeta, salvar millones de vidas, elevar la esperanza de vida a los 100 años... El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y su esposa, Priscila Chan, han abierto de nuevo la caja de los sueños, han puesto dinero, más dinero, sobre la mesa, y se han reforzado su voluntad de conseguir estos tres loables objetivos.

A través, dónde si no, de su cuenta en Facebook, Zuckerberg ha anunciado que su fundación, la Iniciativa Chan Zuckerberg, donará 3.000 millones de dólares en los próximos diez años para la investigación, la prevención y, en último término, la curación de «cuatro tipos de enfermedades que causan la mayoría de las muertes». Aunque no las citó, entre las más mortíferas se encuentran el cáncer, las dolencias cardiovasculares, las enfermedades infantiles o la diabetes.

La inversión se centrará en financiar la tecnología necesaria para buscar nuevos métodos de tratamiento y de curación, en línea con otras iniciativas sociales impulsadas por el matrimonio, sobre todo después de que hace un año, coincidiendo con el nacimiento de su hija Max, se comprometiera a donar a lo largo de su vida el 99 % de sus acciones de Facebook para proyectos solidarios.

«La esperanza de vida ha aumentado en una cuarta parte en el último siglo, y soy optimista en pensar que a finales de este siglo podamos alcanzar los 100 años de vida de media», explica Zuckerberg.

«A lo largo de la historia -continúa-, la mayoría de los avances científicos han ido precedidos por la invención de nuevas herramientas para ayudarnos a tratar enfermedades, como el telescopio, el microscopio y secuenciación de ADN. Vamos a centrarnos en traer a los científicos e ingenieros necesarios para construir estas nuevas herramientas y tecnologías».

La iniciativa se concretará, por un lado, con el fichaje para su fundación de la doctora Cori Bargmann, experta de renombre mundial en la neurociencia y la genética.

El primer proyecto es la creación de la Biohub, para la que se están invirtiendo ya 600 millones de dólares en un nuevo centro de investigación para traer a los científicos e ingenieros de la Universidad de Stanford, la Universidad de Berkeley y la Universidad de California-San Francisco.