Sociedad

El «USS Oscar Austin» alienta el alquiler en Rota

La tripulación del destructor responde al perfil de inquilino con el que sueñan los propietarios

Imágenes de la ceremonia de la llegada del «USS Oscar Austin» al puerto de Rota el pasado 16 de octubre
Imágenes de la ceremonia de la llegada del «USS Oscar Austin» al puerto de Rota el pasado 16 de octubre Francisco J. Olmo / Europa Press

Hace días que en la Base Naval de Rota se detecta la figura del «USS Oscar Austin», destructor que ha venido a reforzar la presencia estadounidense en una de las bases más estratégicas de Estados Unidos y la OTAN en el Sur de Europa. Su presencia, más allá de suscitar debates –elevados por lo que está sucediendo en Oriente Medio–, ha sido valorada en positivo por la gran mayoría del pueblo roteño, que ve en este nuevo destructor y, sobre todo, su tripulación y familias, una nueva oportunidad para mejorar la economía y el empleo en la localidad. Y es que, por encima de la espectacularidad de dicha embarcación, su poder destructor, 9.200 toneladas de peso a plena carga, 155 metros de eslora y los 400 puestos de trabajo que–junto al destructor que resta por llegar– está previsto que se creen en los próximos años en contratas del sector, lo verdaderamente importante es su tripulación: 329 personas o, lo que es lo mismo, 329 potenciales clientes e inquilinos, más sus familias, para comercios, bares, restaurantes y viviendas en alquiler de una localidad que, hace ahora 71 años, ligó gran parte de su futuro a la base.

Aunque nada que ver con la euforia que –con ojo crítico– plasmó José Luis García Berlanga en la inolvidable «Bienvenido Mister Marshall», los roteños han celebrado una llegada que, como ya se percibe, va a servir para generar economía y combatir las «debilidades» de empleo y actividad que en estos meses sufre Rota, ciudad que, como otras muchas de la costa gaditana, se juega gran parte de su «ser o no ser» a la carta del turismo.

De entre todos los sectores, el que más se ha agitado desde que llegara el «USS Oscar Austin» ha sido el del alquiler, con un incremento de la demanda muy notable. «Desde que se supo de la llegada del nuevo destructor, la demanda de viviendas se ha incrementado de forma muy notable», señala Leire Martínez, de la inmobiliaria y consultora Vidahogares.

«Las peticiones de viviendas no han dejado de sucederse y se han cerrado numerosos contratos de alquiler; algo inusual en estas fechas», afirma. «No sabría cuantificarlos, pero hemos vivido unos días de mucha actividad».

Alquileres que, de partida, tienen una duración de un año, «aunque, como ha sucedido con los miembros de otras tripulaciones y personal de la base, se podrían prolongar por más tiempo si permanecen en el destino».

De lo que no cabe la menor duda es que los estadounidenses responden al perfil de inquilino con el que sueña todo propietario de vivienda. «Se trata de personas que tienen un buen salario y, además, son buenos pagadores», lo que suma en favor de que puedan encontrar viviendas no sujetas a la temporalidad. Es decir, que tengan que dejarlas en verano para alquiler vacacional. En lo que respecta a tipología de vivienda, «los hay de todo tipo. Los hay solteros que buscan un apartamento o familias que se interesan más por pisos más grandes, unifamiliares o chalets».

Por lo que se refiere a los precios de los alquileres por los que se interesan, «van desde un mínimo de 1.000 euros mensuales hasta los 3.000 si se trata de mandos». Diversidad que se refleja también en cuanto a las zonas de la localidad que eligen para vivir. «No hay un perfil concreto. Uno buscan casas más cerca de la playa y otros se decantan por el centro de la ciudad, zonas residenciales, etc».

Asimismo, como apunta Carla, de la inmobiliaria Rota Rentals Navsta, «aunque la mayoría se interesa por viviendas de nuestra ciudad, también hay quienes optan por fijar su residencia en la vecina localidad de El Puerto de Santa María».

Como se suele decir, la llegada de la tripulación del «USS Oscar Austin» a la Base Naval de Rota ha venido como agua de mayo para una ciudad (también bares, comercios, restaurantes, etc.) que sabe del poder adquisitivo de los estadounidenses destinados en la zona.