San Juan

La curiosa tradición de este pueblo español para celebrar San Juan: historia, mucho fuego y cultura aborigen

Cada 23 de junio, este municipio revive una de las celebraciones más ancestrales, vinculada a la llegada del solsticio de verano

Icod de los Vinos, Tenerife
La curiosa tradición de este pueblo español para celebrar San Juan: tradición, fuego y cultura aborigen Flicker

En la víspera de San Juan, cuando el fuego toma protagonismo en numerosos rincones de España, en el norte de Tenerife una tradición cobra vida con especial relevancia. Se trata de Los Hachitos, una manifestación cultural con raíces en la época prehispánica, que ilumina las calles de Icod de los Vinos cada 23 de junio con luz, música y memoria.

Esta celebración, que hunde sus orígenes en los rituales guanches dedicados al solsticio de verano, consiste en un desfile de grandes estructuras de madera -los llamados hachitos- que se elevan entre dos y tres metros de altura. Estas piezas, parecidas a candelabros gigantes, se adornan con ramas, cintas de colores y flores, y culminan en recipientes envueltos en paños empapados en combustible que, al ser encendidos, se transforman en antorchas vivientes.

Durante la noche, los vecinos acompañan el recorrido de los hachitos desde el barrio de La Vega hasta El Amparo, entre cantos, bailes tradicionales como el tajaraste, y un ambiente festivo cargado de simbolismo. Paralelamente, se encienden hogueras en las laderas, donde se colocan hachitos más pequeños para formar figuras visibles desde la distancia. En un momento especialmente impactante, algunos de estos artefactos son lanzados ladera abajo, simulando ríos de lava en una metáfora visual del origen volcánico de la isla.

Curiosamente, la historia de la conquista de Canarias también está vinculada a esta fecha. Fue un 24 de junio -día de San Juan- cuando el militar Juan Rejón, cuya onomástica coincidía con la jornada, dio inicio a la campaña en Gran Canaria en nombre de los Reyes Católicos. De haber desembarcado en Tenerife en vez de Las Palmas, su primera impresión podría haber sido la visión de estas antorchas ardientes desde su navío, evocando el fuego ancestral de la tierra.