Emprendedores
Conseguir una producción aproximada de 10.000 kilos, o lo que es lo mismo, un millón de caracoles. Ese es el objetivo de Palentina de Caracoles (Palencol) y de su gerente, Rafa Díaz, un emprendedor que montó hace dos años su granja en el Camino de San Román. Y todo, en seis meses, desde la cría hasta la mesa, para obtener un ejemplar de ocho o diez gramos.
Antes, Díaz trabajaba en el sector bancario. Lo dejó y decidió estudiar el Grado Superior de Empresas Agropecuarias en el Centro Integrado de Formación Profesional Viñalta. Posteriormente, creó Palencol, que comenzó a andar en 2019 tras diversos contratiempos en los años anteriores.
Finalmente, salieron al mercado en 2020, en plena pandemia de la covid, sin vender lo esperado, ya que la mayor parte de clientes pertenecen a la hostelería, además de las pescaderías de Palencia, explica..
En sus instalaciones se adelanta el ciclo natural del caracol, ya que es en marzo y abril cuando comienzan a salir todos aquellos que están hibernados. Por ello, en el recinto de la granja se recogen en septiembre y se guardan en la sala de hibernación, para sacarlos en diciembre e introducidos en la sala de reproducción, cuando fuera es pleno invierno.
Fases
En la sala de reproducción “se recrean las condiciones de la primavera”, por lo que se controla el fotoperiodo, con 14 horas de luz; la humedad, con un 60 por ciento durante el día para aumentar hasta el 90 por ciento en el periodo nocturno; y la temperatura, con 20 grados diurnos y 17 nocturnos, desgrana.
“Se intenta replicar la situación del campo en dicha sala. Aunque están algo parados por el día, pero por las mañanas, tras pasar las noches, los caracoles están disparados”. Se desmonta el refrán del caracol saca los cuernos al sol, comenta entre risas.
Tras hacer las puestas, los caracoles pasan a la sala de incubación, donde eclosionan, para salir fuera al parque de engorde, si las condiciones climatológicas del exterior acompañan, con un tiempo aproximado de cinco meses para conseguir el tamaño adulto.
Tras ello, se recogen y se ponen a purgar para que expulsen los restos de comida que tienen dentro. “Solo faltaría lavarles y a la olla”. Es decir, en la mesa terminaría un ciclo total que se extiende hasta los seis o siete meses.
Reproducción y alimentación
“Cuando salen del periodo de hibernación tienen unas ganas tremendas de reproducirse”. Durante la fase de acercamiento, los caracoles “se comienzan a tocar con los cuernecitos hasta que llega el acoplamiento, al sacar por el lado derecho el dardo”, aclara.
Además, son hermafroditas, es decir macho y hembra a la vez, pero incompletos, por lo que no se pueden autofecundar, sino que necesitan a otro más. De esa forma, cada caracol actúa de macho y hembra para que, en un periodo de una semana, pongan las huevas.
Respecto a la alimentación en la zona de engorde, en unas explanadas en el exterior, detalla que se sustenta por las acelgas, repollos, alcachofas y plantas aromáticas, como albahaca o tomillo. A mayores, se complementa con piensos elaborados con materia natural a modo de refuerzo. Todo ello para conseguir un caracol mediano, entre ocho o diez gramos, que “es el que gusta aquí”, asevera el gerente de Palencol.