El pintor Moskovics pierde sus cuadros por decisión judicial
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El más longevo de los artistas de la escuela del universalismo constructivista, el nonagenario Andrés Moskovics, sufrió por decisión judicial el embargo de los 68 cuadros que había pintado durante los últimos años en Uruguay, todos ellos inspirados en el estilo de su maestro, Joaquín Torres García.
La requisa de las obras pictóricas se registró tras una denuncia por supuesto impago interpuesta por los nuevos propietarios del local alquilado por Moskovics en Montevideo, que motivó que una juez ordenara la incautación de sus obras y su envío al depósito de un rematador.
El artista uruguayo no comparte la decisión, la cual ha recurrido al alegar que abonó su alquiler de forma puntual hasta la muerte de la dueña "legítima"de la propiedad, según destacó en declaraciones a Efe.
El creador argumenta que los cuadros pertenecen desde 2008 a su fundación, no a su persona y, por lo tanto, el embargo "provisional o definitivo"no estaría justificado.
A la espera de que la justicia le devuelva sus obras pictóricas, Moskovics (1925, Rumanía) trabaja en la rehabilitación de un mural que pintó en 1957 en homenaje al músico y director de orquesta italiano Arturo Toscanini, que pertenece a una institución académica de Porto Alegre.
No es la obra más antigua que ha rehabilitado, pues desde 2007 se emplea con otro mural perteneciente al Hospital Saint Bois, en Montevideo, que pintó hace 70 años, en un ejercicio que es "poco frecuente"que realice un artista.
En el trabajo diario que realiza en su estudio sigue "a rajatabla"el método que le inculcó su maestro, cuyos consejos asegura que escucha continuamente en su cabeza y le motivan en su rutina.
De las enseñanzas que le transmitió el pintor uruguayo del que hoy se cumplen 65 años de su fallecimiento, se queda con la utilización del denominado compás áureo, un instrumento ajustable y en forma helicoidal que sirve para reproducir la proporción áurea, considerada como el valor natural universal.
Gracias a este sencillo ingenio, puede plasmar en los cuadros "las proporciones exactas de la naturaleza"y sus "leyes estéticas", lo que serviría para cumplir la comunión entre el hombre y el "orden cósmico"que persiguió Torres García.
Moskovics ha concebido su obra pictórica a imitación de la de su maestro, con cuadros elaborados con esta técnica, pigmentados exclusivamente por los tres colores básicos, y el blanco y el negro; y caracterizados por una premeditada ausencia de perspectiva.
A pesar de haber entrado en la novena década de vida, trabaja a diario en su estudio junto a su mujer, Gladys Antúnez; y confiesa que aún cuenta con momentos de inspiración que le permiten completar cuadros en tan sólo unas horas.
"Hace unas semanas fui a una ópera de Verdi. Al acabar, vine al estudio, me encerré en el taller y cuando salí, había terminado un cuadro basado en lo que vi en el escenario", afirma el artista, quien reconoce que su principal deseo actualmente es recuperar sus cuadros para, al morirse, exponerlos en un sólo recinto en el que se conserven para la posteridad.