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Daniel Fernández: «A veces, he podido dar la sensación de ser un chulo»

«Incendios» es su primer disco en solitario, con el que aspira a encontrarse consigo mismo tras la disolución de Auryn
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«Incendios» es su primer disco en solitario, con el que aspira a encontrarse consigo mismo tras la disolución de Auryn.
Fue uno de los cinco miembros de Auryn, una banda de jóvenes que prendió la chispa de sus fans en 2009 y los acaloró hasta 2016. Pero la llama se apagó y el grupo se esfumó. Tres años después, tras una búsqueda incesante para encontrarse consigo mismo, Dani Fernández ha renacido de sus cenizas con su primer disco en solitario, «Incendios», en el que echa gasolina a su fuego interior para iluminar un camino que ha atravesado por las tinieblas del vaivén de los éxitos. Son 10 temas, síntomas de una estridente resaca emocional. «Ahora empiezo una nueva vida, como cuando comienzan a florecer las plantas y los árboles después de que se queme un bosque», asegura este músico reflexivo, más pirómano que bombero, de tan corta edad y larga trayectoria.
–¿Quién es Dani Fernández?
–Un chaval que lleva muchos años soñando con ser artista y que desde bien pequeño ha intentado luchar y formarse para poder llegar a ser músico, que es la ilusión de mi vida.
–Pero, ¿cree que necesita que le presente?
–Sí, porque acabo de empezar como solista. Aunque lleve muchos años dedicándome a la música, mi proyecto actual es totalmente diferente a lo que hacía antes.
–¿Cómo digirió la desaparición de Auryn?
–Haciendo música. Todos hemos pasado por algún momento de este tipo: nos han echado del trabajo, hemos tenido discusiones con la novia que nos han llevado a dejarlo... Yo me lo tomé haciendo lo que me gustaba, viajando y viendo a mis amigos. Necesitaba encontrarme a mí mismo y ahora estoy muy contento porque he llegado donde quería.
–¿Mejor solo que mal acompañado?
–Tampoco es eso. Pero cuando se está en un grupo, no se puede ser uno mismo al 100%. Ahora puedo vestirme como yo quiera sin tener en cuenta cómo van los demás, escribir las letras a mi manera... Ya no tengo que mirar por el retrovisor a mis otros compañeros. Por fin, soy yo.
–Tres años después de la ruptura, nos presenta «Incendios». ¿A usted qué le quema?
–Que la gente muestre lo que no es. Y es que no sé si es por las redes sociales, pero muchos nos perdemos en un «yo» que, en realidad, no somos. Por eso, cada vez estoy más en esa búsqueda de mí mismo.
–¿Y cómo se apaga?
–Con música, juntándome con mis amigos de siempre, recordando mis raíces, rodeándome de la gente que me quiere...
–¿Es más pirómano o bombero?
–Pirómano (risas) La verdad es que soy un poco desastre en otros temas de mi vida. Me gusta vivir al límite e ir abriendo nuevos retos más que apagar fuegos.
–¿Qué busca con este disco?
–Reflejar lo que me ha pasado en temas con los que se identifique la gente, que es la que da vida a las canciones, por lo que debe formar parte de ellas.
–¿Lo ha encontrado?
–Conforme pasa el tiempo y voy haciendo conciertos, el público va encontrando su significado, las va entendiendo.
–Al hilo de una de las letras, ¿a quién esperaría toda la vida?
–A la música, y mira que soy impaciente...
–Su carrera ha sido un poco tiovivo.
–Sí, he tenido muchos vaivenes y sube-bajas.
–¿Qué se aprende cuando se está arriba para cuando se esté abajo?
–Si vives a ese ritmo no te da tiempo a disfrutar. Se asume con el tiempo y siendo consciente de que pueden llegar cambios. Hay que ir adaptándose a las personas que te rodean y lograr que el equipo confíe para llegar mucho más lejos.
–¿Usted mastica las canciones o las vomita?
–Soy más de vomitar (risas), de vivir experiencias y de luego soltarlas. Son mi desahogo.
–¿Cuándo las compone?
–La mayoría de las veces, por las noches; aunque otras, a primera hora de la mañana. Para escribirlas simplemente necesito que me pasen cosas. En este disco hay tres canciones que no he escrito, en las que sus compositores hablan de lo que yo sentía en ese momento.
–¿Pero dónde queda con las musas?
–No suelo quedar con ellas. ¡Es que en estos dos años me ha pasado de todo! Cuando quedo, les doy guitarra y notas de voz.
–Auryn fue uno de los grupos juveniles más célebres y aclamados. ¿Qué tal le cae la fama a un niño?
–Nunca me he sentido famoso. Tenía 19 años, pero jamás me he creído superior a alguien y, eso me ha ayudado a llevarlo mucho mejor.
–¿Y el dinero?
–En eso influyen bastante los padres. Yo vengo de una familia muy humilde, en la que no hemos tenido todo lo que queríamos, que me ha ayudado a vivir sin tirar el dinero. En estos tres años que llevo preparando el álbum no he ganado casi nada y he tenido que saber gestionarlo. En esto nunca se sabe...
–¿Siempre ha mantenido los pies en el suelo?
–Sí, pese a que todos tenemos nuestros días malos, en los que quizá alguna vez he podido dar la sensación de ser un chulo.
–¿Y la cabeza?
–Soñando.

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