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Cine

"Homo Argentum": la disección paródica de los argentinos que fascina a Milei

Tras la polarización generada en el país albiceleste, Mariano Cohn y Gastón Duprat estrenan en salas españolas su último trabajo

Guillermo Francella en "Homo Argentum"
Guillermo Francella en "Homo Argentum"Imdb

Siguiendo la estructura narrativa clásica capitular de compartimentación de historias cortas y arriesgándose a una duración elegida para algunas de ellas ridículamente corta, como si se tratase de un reel de Tik-Tok, un spot publicitario o directamente la evidencia de una limitación del ingenio, el nuevo trabajo de la dupla argentina formada por Mariano Cohn y Gastón Duprat, también autores de la genial "El ciudadano ilustre", aterriza en las salas españolas después de haber generado un sonado e inmenso revuelo sociocultural en el país albiceleste y tras generar una significativa multiplicación del espíritu polarizado en un momento en el que parecía que Argentina no necesitaba más combustible para estarlo: algo que lejos de sorprender o resultar inesperado para sus directores, se trataba de una consecuencia inevitable y de un resultado ya repetido en otras ocasiones.

"En Argentina hay como una falta de estabilidad importante desde hace mucho, en general hay mucha discusión, mucho debate, todo se hace muy difícil"

Gastón Duprat

Como ocurrió por ejemplo con su serie "El encargado", que a pesar de las buenas críticas cosechadas fue objeto de una carta redactada por la Agrupación de Encargados de Buenos Aires al considerar que su gremio quedaba "muy malparado ante la sociedad", "Homo Argentum" no teme banalizar de una forma sorprendentemente impúdica con la violencia sexual en la historia "Piso 54" en donde un hombre se ve imaginadamente acorralado en un ascensor por una desconocida que utiliza de una forma moralmente cuestionable su condición de mujer para fingir una agresión y extorsionarle o ese retrato surrealista y ligeramente xenófobo que hace de los italianos en el último de los episodios, "Troppo dolce". "Ya estamos armando un documental ahora con todo eso que sucedió alrededor de la película tras estrenarse en Argentina, con las reacciones, con la información en todos los medios y la crítica y todo lo que sucedió. Es realmente un fenómeno antropológico digno de estudio", admite entre risas Cohn.

Debate nacional

La provocación por tanto, canalizada a través de un tratamiento excesivamente sardónico de las distintas sensibilidades sociales, la caricaturización de los diferentes colectivos minoritarios o la banalización estereotipada de las principales problemáticas culturales como ya demostraron en la serie "Bellas Artes", forma parte de su idiosincrasia como creadores e incluso podríamos añadir que opera como principal baluarte de su identidad autoral: "En Argentina hay como una falta de estabilidad importante desde hace mucho, en general hay mucha discusión, mucho debate, todo se hace muy difícil, sobre todo a la hora de llevar adelante emprendimientos culturales, y me parece que eso aunque sea contradictorio es un muy buen lugar también para la creación, porque hablamos de una sociedad que siempre está muy inconforme, incómoda, y que todo se debate y se cuestiona y se discute y creo que nuestro cine también tiene algo de eso en el tono que utilizamos de incomodidad siempre con la comedia. No sé yo si yo hubiésemos nacido en otro lugar si eso sería posible", añade Duprat en entrevista con este periódico durante su estancia en Madrid.

"Homo Argentum" no es en este sentido una excepción y sirviéndose de la sucesión compendiada de estas 16 historias que subrayábamos anteriormente, todas protagonizadas por el mismo actor entregado al servicio de los distintos personajes que interpreta y un habitual de la casa como Guillermo Francella, los cineastas pretenden configurar una suerte de escaparate evolutivo revestido con su habitual humor que aglutine las virtudes y los defectos del argentino promedio. Curiosamente estas últimas imperfecciones, casi siempre recaen en perfiles de clase social baja, porque el argentino pobre -es decir, el mayoritario- es, ante todo, un tramposo, un resentido, un envidioso, un maula, un garca. No por imposición social, sino por naturaleza. Mientras que el pudiente representa la serenidad, la sensatez, la educación, el buen hacer, lo copado.

"Una obra de arte puede no coincidir con lo que vos pensás y gustarte igual. Hay que hacer menos cacheo ideológico"

Mariano Cohn

"Quizá ahora está menos permitido o se ve de otra manera lo de tocar algún tema que es incorrecto. Hay como una época de exageración de la corrección política, pero creo que en ese sentido esta película tiene cierta coherencia con todo lo que venimos filmando y trabajando, y bueno, justo coincide con este momento donde generalmente muchos prefieren no meterse con ese tipo de contenido, ¿no? Pero no es que haya una provocación. Quizá es una limitación, pero no una provocación", asegura en entrevista con este periódico Duprat antes de que Cohn añada: "Hubo ofendidos allá y también defensores, y bueno, por esto que charlábamos recién, porque es una película que se atreve a tocar algunos temas que por algún motivo se dejan de lado. Pero eso es lo mejor que le puede pasar a una película, que trascienda la pantalla de cine y se convierta en un debate nacional, que es lo que sucedió en Argentina. Que se genere algún tipo de debate, reflexión, discusión". "Una obra de arte puede no coincidir con lo que vos pensás y gustarte igual. Hay que hacer menos cacheo ideológico", completa.

Si nos atenemos al retrato robot que ofrecen culturalmente de los argentinos, da la sensación de que su nacionalidad les cansa, les desagrada y hasta les disgusta a pesar de que un patriota como Milei haya sublimado la película asegurando que "deja en evidencia muchos de los aspectos de la oscura e hipócrita agenda de los progres caviar (woke). Les duele mucho la película porque les presenta un espejo en el cual sale a la luz todo lo que son". En cambio, preguntados por esta energía proyectada lindante con el rechazo, ambos aseguran que no. "Nosotros siempre estuvimos fuera del sistema del cine argentino, haciendo cosas más artísticas y menos aburguesadas en todo lo que hicimos de series, de documentales, de cine. No me siento perteneciente al gremio del cine argentino. Como que la categoría no me interesa, tampoco es que me encante o me guste demasiado esa defensa corporativa chovinista de un cine determinado de acuerdo a su nacionalidad", comenta Mariano antes de que Gastón se despida: "Pero tenemos una muy buena relación con Argentina. Vivimos y residimos ahí, pudiendo elegir cualquier lugar del mundo. Vivimos en Argentina, trabajamos en Argentina y creamos desde Argentina. Algunas de sus cosas buenas están en los márgenes. Tiene mucha vitalidad, mucha contradicción, mucho contraste. Es un país, a su modo, con un costado iconoclasta también. Agua estancada, desde luego, no es. Ahora, por eso no me voy a poner la camiseta argentina de Messi, ¿me entendés?".