Ignasi Aballí, Premio Internacional Joan Miró
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El artista catalán Ignasi Aballí ha ganado hoy el V Premio Internacional Joan Miró, que convocan conjuntamente la Fundación Miró y la Obra Social la Caixa y que está dotado con 70.000 euros.
Además de la dotación, el premio incluye la producción de una exposición monográfica dedicada a Aballí, que se exhibirá en junio de 2016 en la Fundación Miró y que posteriormente itinerará por algunos centros CaixaFórum.
El jurado del premio estaba formado por Alfred Pacquement, director del Museo de Arte Moderno-Centro Georges Pompidou; Vicent Todolí, director del Centro de Arte HangarBicocca de Milán; Poul Erik Tojner, director del Museo de Louisiana; Rosa Maria Malet, directora de la Fundación Miró, y Nimfa Bisbe, directora de la colección de arte contemporáneo de la Caixa.
El premio, que en anteriores ediciones distinguió a Olafur Eliasson, Pipilotti Rist, Mona Hatoum y Roni Horn, fue creado hace diez años como plataforma de reconocimiento a los artistas que estaban aproximadamente en la mitad de su carrera y para los que el premio podía servir de estímulo para abrir nuevos caminos y arriesgar en sus trayectorias artísticas.
Aballí ha expresado su “emoción y alegría” por haber obtenido el premio y ha confesado que ha pasado de “una sorpresa inicial al conocer el veredicto del jurado, a la emoción y finalmente a la responsabilidad por tomar el testigo de los cuatro artistas que me han precedido”.
En su declaración, el jurado del Premio Joan Miró ha destacado del ganador “su reflexión constante sobre los límites de la pintura y la representación, su minuciosa atención a las importantes implicaciones de los más pequeños cambios en las estrategias de resignificación, así como su papel como mentor para los artistas más jóvenes”.
Ignasi Aballí (Barcelona, 1958) estudió Bellas Artes en la Universidad de Barcelona y su obra se ha expuesto en la Fundación Miró, el MACBA, el Museo de Arte Reina Sofía, el Serralves de Oporto, la Ikon Gallery de Birmingham, el Drawing Center de Nueva York, el ZKM de Karlsruhe o la Bienal de Venecia de 2007.
Aballí ha asegurado que se siente cercano a Joan Miró en “su preocupación por ampliar los límites del arte, su vinculación con otras ramas del conocimiento (literatura, danza, música, teatro), su relación con la cotidianeidad, su carácter solidario a través de causas políticas y sociales, y todo combinado con un toque de ironía y de humor del que también -dice- participo”.
Ganar el premio, ha añadido Aballí, es “un estímulo importante porque dará pie a la realización de muchos proyectos que estaban esperando una oportunidad para iniciarlos y desarrollarlos”.
El ganador del premio ha confesado que, siguiendo el espíritu del galardón, cree que la distinción supondrá un punto de inflexión en su trayectoria.
“Siempre me planteo cómo evolucionar, cómo hablar de cosas nuevas y mi obra se alimenta de la curiosidad que me lleva a lecturas y conversaciones, un proceso que está abierto y que puede aportar nuevas formas de entender el arte y su formalización”, ha dicho el artista.
Tras unos inicios pictóricos, Aballí se abrió a otros actos y condiciones de producción: el efecto del polvo o el sol sobre los materiales, la colección de informaciones de periódico o de imágenes reproducidas hasta el infinito.
Sus obras se rehacen con los materiales y también con las condiciones de percepción y de interpretación que llevan asociadas.
Precisamente, el jurado ha subrayado que Aballí ha cuestionado incesantemente los límites de la pintura y de la representación.
“Su obra, realizada en diversos medios a lo largo de treinta años, es conocida por su poderosa sutileza, su persistente serialidad y su predilección por la recuperación y la reactivación de los elementos más invisibles e ignorados de nuestro entorno”, ha repuesto el jurado en su veredicto.