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Concierto
Imagine Dragons enciende Madrid con un show de fuego, emoción y confesiones
El grupo de Las Vegas demuestra potencia y hits ante 60.000 personas en el Estadio Metropolitano

Imagine Dragons ha convertido este sábado el estadio Metropolitano de Madrid en mucho más que un concierto, haciendo disfrutar a más de 60.000 personas de una ceremonia de fuego, emoción y confesiones, en la que ha sido la primera de las dos únicas actuaciones que ofrecerá en España dentro de su gira ‘LOOM World Tour’. Desde el primer acorde, la banda estadounidense ha desplegado toda su potencia y carisma, con Dan Reynolds ante el micrófono, dirigiendo el show con una energía imparable, alternando entre los temas de su último álbum ‘LOOM’ y los éxitos que han marcado a toda una generación.
Los de Las Vegas han abierto la noche con fuerza con ‘Fire in These Hills’ en un inicio inmediato y arrollador que ha marcado el tono del resto del concierto. Y es que, desde el primer compás, Imagine Dragons ha mantenido una intensidad constante, encadenando temas sin descanso y haciendo vibrar a un estadio completamente entregado.

Antes del comienzo del ‘Whatever it takes’, una de las primeras canciones que ha coreado todo el estadio, el cantante ha apelado a “alcanzar los sueños sin dejar de luchar por ellos”. Asimismo, ha recordado sus inicios hace más de 15 años y su primer concierto en Madrid que reunió “solamente unas pocas miles de personas”.
No han faltado himnos épicos como ‘Bones’ o ‘Radioactive’, con su tradicional duelo de percusiones en el clímax final, convertido ya en una liturgia esperada por los fans. Sin embargo, también ha habido espacio para la intimidad con ‘Next to Me’, canción con la que el estadio se ha iluminado con un mar de linternas, así como con ‘Demons’, en la que el Metropolitano se ha teñido de amarillo, como parte de una iniciativa creada por los fans, para trasmitir al grupo “esperanza, calidez y luz en medio de la oscuridad”.
El setlist, largo y sin tregua, con 26 temas, ha incluido canciones del último disco, como ‘Take Me to the Beach’, así como temas clásicos como ‘Thunder’ y ‘Whatever It Takes’, que han desatado la euforia colectiva, mientras que otros como ‘Shots’, ‘I Bet My Life’ o ‘Bad Liar’ han mostrado el lado más melódico y emocional de la banda.

Durante el concierto se han vivido momentos curiosos, como cuando Reynolds ha bajado a pista cantando ‘I bet my life’ y un fan la entregado al cantante una camiseta de la selección española con el nombre de ‘Danielito’, tal y como le llamaba su profesora de español en el instituto, según ha recordado sobre el escenario. La intensidad no ha decaído en ningún momento, con temas como ‘I’m So Sorry’, ‘Sharks’ o ‘Enemy’ sacudiendo el estadio, y joyas como ‘Walking the Wire’ y ‘Birds’ sirviendo de contrapunto más introspectivo.
Entre canción y canción, Dan ha reflexionado sobre la salud mental, asegurando que “la terapia no te hace débil, si no que te hace fuerte para seguir fuerte”. “No tenía fe en mi mismo ni en nada cuando era pequeño y tuve que enfrentar la depresión. Sin embargo, lo que me ayudó a superarla no fuera subir a los escenarios, si no cantar y compartirlo con todo el mundo”, ha señalado iniciando uno de los silencios más conmovedores de la noche.

El clímax ha llegado con el explosivo titular de ‘Believer, cerrando así un concierto que ha supuesto, en todos los sentidos, un espectáculo inolvidable. La banda ha sostenido el ritmo visual del concierto con una escenografía deslumbrante, en la que se han entrelazado columnas de fuego, pantallas gigantes de alta definición, pelotas de playa gigantes y estallidos de fuego que han hecho del Metropolitano un espectáculo total, casi cinematográfico.
Imagine Dragons no solo ha llenado el Metropolitano de decibelios y efectos visuales, sino que ha demostrado su capacidad para convertir un concierto en una experiencia colectiva intensa, gracias a un repertorio sólido, una producción imponente y un público entregado de principio a fin.
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