Fútbol
El Real Madrid no se va a rendir y gana al Athletic (0-1)
Un gol de Nacho con la rodilla hizo al Madrid líder un rato. No le valió, pero ganó el partido y llega vivo al último partido
Estira el Real Madrid LaLiga hasta el final, fiel a su espíritu competitivo. Incluso durante algunos minutos en San Mamés fue líder, pero después el Atlético remontó, como Marcelo iba indicando a los jugadores del campo. Empezó el brasileño en la grada, de suplente y ahí terminó el choque, como mensajero de las buenas noticias al principio y de las no tan buenas después. No confía Zidane en él para otra cosa. No dio el vuelco a LaLiga el Madrid por un pelo y pase lo que pase el domingo, más allá de los números, en la memoria quedará que peleó este campeonato hasta la última gota de esperanza, sin fuerzas, con muchas bajas, con chicos de la cantera y sin terminar de comprender qué es mano y qué no. Sospechan en el club blanco que manos en el área y por tanto penalti, son aquellas que se producen... en su área.
Se salvó de la indignación final por ese centro de Casemiro rebotó en la rodilla de Nacho, que estaba en el área pequeña, como delantero centro, porque se había sacado un córner. Pasó fuerte Casemiro, buscando a Benzema, pero el francés estaba en fuera de juego, un poquito adelantado y la pelota pasó por debajo de su bota. La rodilla de Nacho apuntaba a la portería y por eso el rebote de la pelota se fue adentro y el Madrid ganó un partido en San Mamés, que sin público impone mucho menos.
No pasaba nada en la grada, sólo los gestos de Marcelo y no pasó mucho más en el césped, porque los nervios no ayudan. Había tanto en juego por parte del Madrid que casi nunca pudo jugar con naturalidad, pese a los intentos de Modric y alguno de Benzema. Desde el principio se vio que el partido iba a ser largo, no muy divertido, abrumado por la tensión y que sólo los detalles iban a decidirlo.
Zidane jugó con los mismos que contra el Granada, sólo que con Odriozola en vez del lesionado Marvin. Ha mejorado mucho el lateral derecho blanco, que no está temblando en los días importantes como otras veces. Fue de un centro suyo del que nació el centro que acabó en una mano claro, pero no penalti.
Fue lo único que pudo cambiar el choque hasta el descanso. Arriba, ni Vinicius ni Rodrygo, cada uno en una banda, conseguían profundidad y al Madrid le costaba llegar al área rival. El Athletic estaba ordenado y le peleaba la pelota. Pasó el tiempo para los blancos, con más precauciones que riesgos. Un gol daba la vida y toda la esperanza, pero uno en contra era mortal. Ya habría tiempo de quitarse los cinturones de seguridad.
Eso sucedió en la segunda parte, con el tiempo ya acechando. El Madrid dio un paso adelante y Zidane quitó a Vinicius antes que a Rodrygo para dar paso a Asensio. Vini ha vuelto a su versión menos efectiva. Lo intenta, porque eso es algo que no se le puede reprochar, pero en esta versión, con poco campo para correr, en un partido más táctico, se le ve más perdido.
Con Asensio y Benzema y también Modric cayendo por el lazo izquierdo, con el tiempo apretando, el Madrid se puso a remar por LaLiga. Fue más atrevido, lo que hizo que el Athletic pudiese correr, pero Militao cegó a Williams y Raúl García, que salió después, como le suele suceder contra el Madrid, se cegó solito, en una expulsión por algo que dijo a muchos metros de Mateu. Éste le oyó y le expulsó. El Madrid, para entonces, tenía la pelota y la calma, para que pasase el tiempo y llegasen noticias.
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