Atlético-Betis (1-0) Correa levanta al Atlético

La afición del Atlético aplaudió la entrada en el campo de Correa como sólo se hace con los ídolos, con la gente a la que se reconoce un pasado glorioso o un futuro esperanzador. O cuando el público reconoce en el receptor de los aplausos a uno de los suyos. Un poco de todo eso tiene Correa, que recibió la ovación como un encargo y marcó en los últimos minutos para rescatar al Atlético de un partido que se le había atragantado.

A los rojiblancos no les ha sentado bien el parón de selecciones. Se marcharon siendo el equipo que mejor fútbol practicaba de la Liga y volvieron atascados, sin la misma agilidad en el juego. Estos periodos de descanso en la actividad de los equipos tienen la capacidad de transformar la inercia y las cabezas de los futbolistas.

Lo hizo el Mundial para bien con el Atlético. Dejó de ser un alma en pena para pensar en la posibilidad de discutir la segunda plaza al Real Madrid. Pero eso que se veía antes desapareció contra el Betis, otro de los aspirantes a jugar la Liga de Campeones la próxima temporada.

Daba la sensación de que el Atlético lo hacía todo, los remates y hasta las faltas, pero le faltaba concretar cuando se acercaba al área de Rui Silva. No estaba Memphis, otra de las secuelas del parón, y Morata es un delantero que ayuda en todo el campo, baja a defender, persigue si hace falta a un defensa hasta su propia área, pero no puede multiplicarse. Y cuando cae a la banda para buscar un centro, nadie ocupa su lugar para rematar en el área.

El Betis echaba de menos a sus lesionados y sancionados. Sin Fekir, sin Canales e incluso sin el veterano Guardado, le cuesta más mantener la identidad, ser un equipo reconocible, y tardó en hacerse notar sobre el campo.

El despertar le llegó en el último tramo de los dos tiempos. Especialmente en la segunda mitad, cuando el Atlético también empezó a llegar hasta Rui Silva con más facilidad. Los rojiblancos encontraron con los cambios una nueva vía por la banda derecha. Llorente ocupó el lugar que había dejado vacante Molina y en la primera jugada en su nueva posición llegó hasta la línea de fondo, puso la pelota atrás y el remate de Carrasco lo sacó Rui Silva sobre la línea con los pies. Fue la mejor oportunidad para el Atlético, al que le costaba concretar su presencia en el campo rival. Griezmann no aparecía para marcar las diferencias como en otros partidos y su equipo lo echaba de menos.

La respuesta del Betis llegó por ese mismo costado derecho del Atlético, con un remate de Miranda dentro del área que se le escapó fuera de la portería. Después fue Joaquín, muy pitado cuando entró en el campo, que lo intentó con un disparo desde fuera del área que salió cerca del poste.

La entrada de Juanmi dio más vida al Betis en el área del Atlético. El delantero verdiblanco se fue acercando al gol poco a poco. Primero, un disparo desde fuera del área que se marchó alto. Después, un cabezazo que atrapó Oblak con comodidad.

Pero el que acertó con la portería fue Correa, en una jugada espectacular en el borde del área el que decidió el partido. Se fue de Pezzella, compañero suyo en la selección campeona del mundo, después de Ruibal con ayuda de un rebote y, para terminar, dejó sentado a Miranda antes de mandar a un lado a Rui Silva y la pelota, al otro. Un golazo para cerrar un partido que el Atlético veía escaparse. Había marcado antes, pero Koke estaba en fuera de juego cuando recogió el rechace del portero bético después del disparo de Llorente.

El Atlético consiguió salvar así un partido que no tenía muy claro por dónde atacar. Movió el banquillo el Cholo para encontrar soluciones. Y la encontró donde suele estar, en los pies de Correa, un futbolista que siempre responde cuando se le necesita. Da igual lo que se le pida. Pero en esa jugada del gol recordó los motivos por los que el Atlético fue a buscarlo a Argentina cuando era sólo un chaval. Correa fue el que siempre se esperó y el Atlético resolvió el partido sin el brillo que ha mostrado en otros días más recientes. Eso también es ser grande.