Baloncesto
Fallece Lorenzo Alocén, el autor de la autocanasta que obligó a cambiar las reglas del baloncesto
Ha muerto a los 84 años en el día en que se cumplían 60 años de la maniobra que inventó Pedro Ferrándiz
Lorenzo Alocén, el hombre que hizo cambiar las reglas del baloncesto, ha fallecido este 18 de enero, justo en el día en que se cumplían 60 años de su mítica autocanasta en un partido de la Copa de Europa del Real Madrid en la pista del Ignis por el que los blancos acabaron perdiendo por dos puntos.
El 18 de enero de 1962 el Real Madrid se enfrentó en Varese al Ignis en el partido de ida de los octavos de final de la Copa de Europa, un encuentro que tuvo un desenlace tan sorprendente como inesperado.
A falta de dos segundos para la conclusión el marcador reflejaba un empate a 80 puntos que parecía que abocaba la resolución del enfrentamiento a la prórroga porque la igualada no era válida. La normativa existente obligaba a que hubiera un ganador y el giro inesperado que dio el partido fue digno de la mejor película de suspense.
La prórroga se atisbaba sombría para el conjunto español dado que Hightower, que estaba siendo el mejor del equipo -con 27 puntos- anotados se había lesionado y a Morrison y Sevillano les habían eliminado por cinco faltas.
El técnico del Real Madrid, Pedro Ferrándiz, ante este panorama poco esperanzador para la prórroga aprovechó una laguna en las reglas del baloncesto y decidió que era mejor perder por dos que ir a un tiempo extra en el que la diferencia en contra podría poner en peligro la eliminatoria.
Por ello, avisó al equipo de que se iban a meter una canasta en su propio aro para perder y el encargado de ello fue Lorenzo Alocén, que festejó primero como si la hubiera metido en aro contrario y se lamentó después al darse cuenta, supuestamente, de su error, momento que dejó a los aficionados del equipo italiano sorprendidos primero, burlones después e indignados finalmente al darse cuenta de la triquiñuela.
Los compañeros de Alocén, para completar la escena teatral, exageraron los gestos de incredulidad haciendo ver que con los nervios se había equivocado de canasta y el jolgorio y las burlas se hicieron patentes en la grada hasta que los aficionados comenzaron a darse cuenta de que no había sido ningún error y que esa derrota mínima dejaba con muchas opciones a los blancos de remontar en la capital de España como así fue ya que se impusieron con claridad (63-82) en la vuelta.
A partir de entonces la FIBA castigó las autocanastas voluntarias con una multa de 1.000 dólares y la exclusión de la competición.
Sin embargo, Alocén (4-11-1937) fue mucho más que el brazo ejecutor de una de las mejores triquiñuelas del deporte porque su trayectoria como jugador no deja lugar a dudas.
Jugó durante 15 años en la máxima categoría, fue máximo anotador de la Liga en la temporada 1964-65, dos veces campeón de Liga con el Real Madrid, dos de la Copa de España (una con el Real Madrid y otra con el Picadero Jockey), además de 69 veces internacional.
Con la selección disputó los Eurobasket de 1961 (13ª posición) y 1969 (5ª posición) mientras que en los Juegos Olímpicos de México’68 fue séptimo.
Empezó en el modesto Helios de la capital aragonesa donde su poderío físico más que su técnica, como él mismo reconocía, le llevaron a que Raimundo Saporta lo fichara para el Real Madrid para luego volver al conjunto zaragozano y posteriormente hacerlo en el Picadero y el Círculo Católico de Badalona donde acabó su carrera.
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