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Atletismo

Duplantis se acerca a otra barrera: con 6,28, bate el récord del mundo de pértiga por duodécima vez

El sueco superó su plusmarca universal por primera vez en su país, en el meeting de la Diamond League en Estocolmo

STOCKHOLM (Sweden), 15/06/2025.- Armand Duplantis (C) of Sweden celebrates after setting a new world record in the men's pole vault competition at the World Athletics Diamond League meeting in Stockholm, Sweden, 15 June 2025. (Salto con pértiga, Suecia, Estocolmo) EFE/EPA/Jonas Ekstromer SWEDEN OUT
Duplantis, tras batir el récord del mundo en EstocolmoJonas EkstromerAgencia EFE

Mondo Duplantis lo volvió a hacer y además de una forma tan rotundo, que la gran pregunta sobre la figura del atleta sueco sigue sin respuesta: ¿dónde está su límite?

Con 6,28 batió de nuevo el récord del mundo de salto con pértiga, y se coloca ya a dos centímetros de cambiar la segunda cifra, el 2 por el 3, lo que siempre es un acontecimiento en atletismo.

La primera vez que llegó más alto que nadie fue en febrero de 2020, cuando, con 6,17, superó el registro de su amigo Lavillenie, y ya ha volado once centímetros más lejos. Es la duodécima vez que supera la plusmarca, pero la primera en su país, en Estocolmo, por lo que desató la locura en el meeting de la Diamond League.

El buen ambiente que hay en la pértiga masculina se volvió a repetir. Los propios rivales son los primeros que se alegran de las proezas del prodigio sueco, aunque Duplantis, en el fondo, no tiene rival en pista. Antes de saltar él, todavía tuvo tiempo de felicitar al austaliano Kurtis Marschall, que con 5,90 fue el que más lejos llegó para algo parecido a inquietarlo. Los intentos de superar los seis metros los falló el "aussie". Mondo tenía camino libre y completó un concurso inmaculado: a la primera 5,60 para calentar, y también sin fallo 5,80, 5,90 y 6,00, el gran muro para casi todos, pero una rutina para él. Para el sueco, los concursos empiezan más tarde de la hora oficial, porque renuncia a muchas alturas, y pasea por la pista, se concentra, hasta que considera que tiene que soltar los músculos.

Con la victoria ya en la mano decidió ir a por el récord del mundo, con su peculiar estilo, arrastrando la pértiga el último tramo, y con su velocidad. También a la primera pasó el listón, y corrió eufórico y se quitó la camiseta. Saludó a todo el que le puso la mano en el público, besó a su novia y abrazó a su padre y entrenador y a toda su familia.