Editorial

España apuesta por el cambio de gobierno

Hay un millón de socialistas que se sienten engañados por Pedro Sánchez y no están dispuestos a volverle a votar.

GRAFCAT1983. BARCELONA, 27/03/2024.- El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante la Junta Directiva Autonómica del PP de Cataluña, tras haber propuesto al presidente del PPC, Alejandro Fernández, como candidato a las elecciones catalanas del 12 de mayo. EFE/Quique García
Alberto Núñez Feijóo arropa a Alejandro Fernández como candidato a las elecciones catalanas del 12 de mayoQuique GarcíaAgencia EFE

Adía de hoy, un millón de votantes socialistas abandonarían al PSOE, bien para apoyar a otras formaciones, bien para refugiarse en la abstención. Al menos, así se desprende del sondeo electoral que «NC Report» ha elaborado para LA RAZÓN. La desafección alcanza también a la alianza que lidera Yolanda Díaz, Sumar, que se dejaría 800.000 votos, la mayor caída que registra la encuesta y que recalarían a medias entre el PSOE y los partidos de la extrema izquierda de ámbito regional.

En el mejor de los supuestos, el actual gobierno de coalición se quedaría en 135 escaños (115 de Pedro Sánchez y 20 de Díaz), que sumados a los de sus cinco socios nacionalistas (Junts, ERC, Bildu, PNV y BNG) darían una minoría parlamentaria de 162 diputados, claramente insuficiente para repetir gobierno, porque la oposición de centro derecha, «las derechas», en expresión sanchista que pretende ser despectiva, se alzarían con 188 diputados en el Congreso.

El Partido Popular, con Alberto Núñez Feijóo, que repite en el sondeo como el líder político más valorado por los españoles, sumaría un millón de votos más que en las elecciones de julio de 2023, procedentes a partes prácticamente iguales del PSOE y de Vox. De acuerdo al sondeo, los populares obtendrían 162 escaños, con el 38,4 por ciento de los votos, es decir, los mismos que sumaría la actual coalición de investidura de Sánchez, aunque para la mayoría absoluta dependería de los 26 escaños que conservaría el partido de Santiago Abascal.

Hasta aquí, los datos demoscópicos fundamentales, que, dicho sea de paso, coinciden en el diagnóstico con la mayoría de las encuestas publicadas, que dan cuenta de un fenómeno político pocas veces visto en la historia democrática española, como es la caída en picado de las expectativas electorales de los partidos que conforman el Gobierno cuando ni siquiera se han cumplido nueve meses desde las anteriores elecciones generales. Ese nivel de desafección sólo se explica en la pérdida de confianza de los votantes ante unas decisiones políticas, la amnistía principalmente, que no sólo no figuraban en el programa electoral, sino que habían sido expresamente negadas por el candidato. O, por expresarlo sin ambages, hay un millón de socialistas que se sienten engañados por Pedro Sánchez y no están dispuestos a volverle a votar.

Se nos dirá que también Sumar y Vox pierden expectativa de voto sin que la ley de amnistía parezca ser determinante, pero en el primer caso hablamos de las consecuencias de una «traición interna» del actual liderazgo y, en el segundo, de la percepción de muchos votantes de Vox, medio millón, de que es preciso cambiar el rumbo político de la Nación por encima de cuestiones partidistas. La reagrupación del voto en el partido que más posibilidades tiene de llegar al Gobierno, como sucedió en Galicia.