Editorial

El varapalo fiscal que llega con el año nuevo

Desde que Pedro Sánchez accedió a la presidencia del Gobierno, en las dos legislaturas que lleva al frente, ha impulsado y aprobado un sinfín de cambios normativos con fines recaudatorios, que se traducen en 81 subidas de impuestos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 22 de octubre de 2025, en Madrid (España). El Gobierno se enfrenta de nuevo a preguntas relacionadas con la estabilidad económica por la falta de presupuestos generales. Además, se presentan iniciativas no de ley sobre teletrabajo rural y control telemático en casos de violencia de género.22 OCTUBRE ...
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús MonteroEduardo ParraEuropa Press

El año 2026 se estrena con un nuevo golpe a trabajadores y empresas, a los que el Gobierno sigue esquilmando los bolsillos en busca de nuevos récords de ingresos tributarios, que no sirven para bajar la deuda ni para que los servicios públicos mejoren, sino para mantener una estructura pública cada vez más grande y con más personas agarradas a sus ayudas, subsidios y subvenciones. De momento, tendrán que afrontar una nueva subida de la cotización del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que pasa del 0,8% al 0,9%, de los que el 0,75% corresponderá a la empresa y el 0,15% al trabajador. En línea con la sobredimensión que está cogiendo el Estado, esta sobrecotización busca elevar ingresos para hacer frente al mayor gasto que implicarán las jubilaciones de la generación del «baby boom». El objetivo es llegar al 1,2% en 2029 para mantenerse así hasta 2050. Nada de buscar otras formas de tapar el agujero que no han sido capaces de aliviar. En cuanto a la cuota de solidaridad –otra sobrecotización para los salarios más elevados que entró por primera vez en vigor en 2025–, implicará abonar un recargo de entre 1,15% y 1,46%. Este porcentaje también irá incrementándose progresivamente hasta 2045. Todo en favor del supuesto Estado del Bienestar que el Ejecutivo «vende» con su habitual demagogia. Además, también se incrementa la base máxima de cotización, que sube un 3,9 % –es decir, la inflación más 1,2 puntos–. Desde que Pedro Sánchez accedió a la presidencia del Gobierno, en las dos legislaturas que lleva al frente, ha impulsado y aprobado un sinfín de cambios normativos con fines recaudatorios, que se traducen en 81 subidas de impuestos ya aplicadas desde 2018, que suman cambios significativos en tipos, bases, cuotas y nuevos gravámenes, y a los que hay que sumar otras 46 nuevas subidas entre las que se han aprobado y presentado en el año que nos deja, elevando los ajustes al sistema fiscal, incluyendo cambios técnicos en figuras tributarias, la creación de nuevos impuestos –como a la banca y a las grandes fortunas– y las ya apuntadas ampliaciones de cotizaciones sociales. Después del récord de recaudación tributaria de 2024, en espera de los datos definitivos del cierre del año que nos deja, todo apunta a que la recaudación se encamina a registrar un nuevo récord histórico, ya que hasta noviembre los ingresos acumulados han superado los 301.000 millones de euros, con una estimación por encima de los 330.000 millones en diciembre. Unas cifras que volverán a quedarse pequeñas en 2026, ya que el Gobierno prevé que los ingresos crecerán más de un 8%, superando los 350.000 millones, otra señal inequívoca del aumento estructural de la presión fiscal, aunque lo sigan negando por activa y por pasiva y pese a que sigan esquilmando a la clase media en pro de unos hogares vulnerables que no sienten la mejora de su nivel de vida.