CEOs

Sam Altman es despedido de OpenAI: ¿Por qué a veces los grandes CEOs son despedidos por sorpresa?

Altman ha sido despedido por sorpresa solo unos días después de presentar las novedades de OpenAI

Quién es Sam Altman, el cerebro detrás de Chat GPT y que ha revolucionado la Inteligencia Artificial
Quién es Sam Altman, el cerebro detrás de Chat GPT y que ha revolucionado la Inteligencia Artificial@sama

Es quizás la noticia de negocio tecnológico más inesperada del año: Sam Altman, cofundador de OpenAI y hasta ahora su CEO, ha sido despedido por sorpresa unos días después de presentar las novedades de la compañía. Su puesto será ocupado de forma atemporal por Mia Murati, hasta ahora CTO de la compañía.

La junta directiva de OpenAI ha publicado un comunicado escueto pero contundente en el que dice que: la "salida de Altman sigue a un proceso de revisión deliberativa por parte de la junta, que concluyó que no fue consistentemente franco en sus comunicaciones con la junta, obstaculizando su capacidad de ejercer sus responsabilidades".

¿Qué ha pasado y qué podemos aprender? Lo cierto es que aún no hay nada claro ni ningún medio ha filtrado nada esclarecedor. Se especula con que Altman haya estado promoviendo algún acuerdo sin ser transparente con la junta. También, con que Microsoft haya ido poco a poco jugando sus cartas tras invertir en OpenAI, o que a la junta no le gustaran nuevos proyectos de Altman.

Junto a esto, también se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de algún escándalo personal que involucre al ahora exCEO o que haya una sanción importante encima de la mesa ocasionada por una mala gestión.

Altman se une a una lista de CEOs ilustres despedidos

Lo cierto es que casos así, a pesar de lo sorprendentes, no son nuevos en el ecosistema de Silicon Valley.

La historia empresarial está llena de despidos notables de CEOs, como Steve Jobs de Apple (a la que después volvería para remontarla), Elon Musk de PayPal (antes de Tesla y SpaceXo Twitter/X), y Jack Dorsey de Twitter, a la que también regresaría.

Estos casos ilustran que incluso los fundadores y líderes visionarios no están exentos de enfrentar el desacuerdo con las juntas directivas y los accionistas.

Steve Jobs, por ejemplo, fue despedido en 1985 de la compañía que fundó, pero regresó años después para llevar a Apple a nuevas alturas.

Elon Musk fue despedido como CEO de X(.)com, la empresa de pagos online cuyo nombre hoy nos resulta tan familiar, justo antes de ser unida en una adquisición junto con Confinity para dar lugar a PayPal. Sin emabargo, eso le permitió enfocarse en futuros proyectos que revolucionarían la industria automotriz y aeroespacial.

Jack Dorsey ha experimentado transiciones tanto en Twitter como en Square (ahora Block), demostrando la complejidad de liderar múltiples empresas de alto perfil.

Falta de comunicación y de confianza

Basándonos en el comunicado de la junta y en la forma en que funcionan estas grandes compañías tecnológicas, esta es la teoría predominante que circula en este momento. "No consistentemente franco" es una manera muy diplomática de decir que Altman mintió.

Es posible que Altman —y potencialmente el presidente de OpenAI Greg Brockman, quien renunció simultáneamente como presidente y luego dimitió— quisiera hacer un movimiento audaz que sabía que a la junta no le gustaría.

Pero, ¿qué tipo de acuerdo sería lo suficientemente grande y peligroso como para un despido sumario del CEO y rostro famoso de la compañía?

El poder oculto de Microsoft

Pocos se sorprenderían si Microsoft, que está profundamente, profundamente integrado en OpenAI como inversor y cliente, es un factor aquí. ¿Podría Altman haber estado trabajando con —o en contra de— el mayor inversor de OpenAI en secreto?

Por el contrario, es posible que la junta ya no quisiera seguir contando con Altman por propios intereses de Microsoft. Hay que señalar que desde sus inversiones OpenAI está dividida en dos entidades: OpenAI Incorporated y OpenAI LP. La primera es la organización sin fines de lucro fundada en 2015, mientras que la segunda es una subsidiaria con ganancias limitadas establecida en 2019 tras la salida de Elon Musk. Tras la inversión de 10.000 millones de dólares, Microsoft es dueña del 49 % de OpenAI LP.

Además, es posible que Altman no haya sabido conjugar bien conseguir dinero gracias a Microsoft con proteger a OpenAI. Ahora Microsoft está integrando su tecnología en muchos de sus productos, lo que puede hacer que OpenAI pierda relevancia.

Falta de atención

Otro motivo recurrente en este tipo de decisiones es cuando la junta alega falta de foco en la compañía. Musk ha sufrido acusaciones así en Tesla desde que es dueño de Twitter, y ya antes. Dorsey también pasó por lo mismo en Twitter desde que fundó Square.

Altman, por su parte, lleva meses trabajando en iniciativas como Wordcoin, una nueva propuesta para crear una identidad digital global. Ese podría haber sido otro de los motivos.

Las cuentas de OpenAI fallan

A pesar de ser la compañía tecnológica más caliente del momento y de que todos hablan de ChatGPT, OpenAI no es exactamente un negocio sólido. Está echando dinero al depósito tan rápido como pueden, y puede que haya llegado a ser insostenible.

¿Podrían Altman y la junta haber tenido diferencias irreconciliables sobre seguir invirtiendo dinero?

La salida de Altman también refleja la complejidad de dirigir una empresa pionera en tecnología, donde cada decisión puede tener implicaciones profundas para el futuro de la compañía y su impacto en la sociedad. A medida que OpenAI avanza bajo la dirección interina de Mira Murati, iremos sabiendo cuál es la razón de fondo. Y también, si Altman pone algo nuevo en marcha.