Política
Encuesta NC Report | El independentismo se estanca: repetiría el 47,7% del voto
Tres años después de las últimas autonómicas los secesionistas repetirían porcentaje. El «sorpasso» de ERC a Torra y la subida del PSC a costa de la debacle de Cs harían posible un tripartito con los Comunes
Casi tres años después de las últimas elecciones autonómicas en Cataluña, el reparto de peso político que describe el último sondeo de intención de voto encargado por LA RAZÓN a NC Report viene determinado por dos parámetros fundamentales: la reconfiguración del voto del bloque constitucionalista que deja a su paso la debacle de Ciudadanos y el estancamiento de los partidos independentistas, que apenas ven variado sus apoyos electorales en todo este tiempo.
Solo el peculiar sistema de reparto de escaños, que ha sido descrito en más de una ocasión como «feudal», permitiría al bloque secesionista ver ampliada su presencia en el Parlament de Barcelona en dos escaños a pesar de incrementar sus votos en apenas un 0,2% de los sufragios válidos según una encuesta cuyo trabajo de campo se produjo al mismo tiempo que Roger Torrent, presidente del Parlament, desveló la que a todas luces será la fecha de los comicios: el 14 de febrero.
Compuesto por la antigua Convergència, Esquerra y las CUP, el bloque secesionista pasaría del 47,5% al 47,7% por lo que no se acortarían distancias para lograr el ansiado techo de cristal del 50% que tan alto figura en la retórica del ya ex presidente Torra desde que se hizo pública su inhabilitación. Si este bloque logró 70 escaños en diciembre de 2017 ahora llegaría a los 72, es decir, una mayoría absoluta más holgada si cabe. Sin embargo, hay un significativo cambio de pesos específicos dentro del bloque: de ser primera fuerza con 34 escaños, PDeCat pasa a ser segunda tras ERC perdiendo 3 escaños y quedándose en 31.
Por su parte ERC adelanta a los de Torra y sube hasta los 35, lo que le convertiría no solo en la fuerza política predominante entre los secesionistas sino, de hecho, el partido más votado en Cataluña con solo un diputado menos de los que Ciudadanos logró en 2017. PDeCat perdería casi 140.000 votos y, en realidad, ERC repetiría resultado en número de votos (apenas 6.000 más que hace tres años hasta los 942.000). Por su parte, la CUP perdería más de 11.000 votos pero gracias a su fuerte implantación en Gerona y Lérida y el peculiar sistema de reparto de escaños, esos 11.000 votos de menos se transformarían en dos escaños más, precisamente los dos que crece el bloque independentista ya que la suma de PDeCat y ERC no cambiaría: 34 más 32 en 2017; 31 y 35 según la encuesta.
El “sorpasso” de ERC
En efecto ERC logra conservar el 81,2% de los sufragios que logró en 2017 (solo por detrás del PSC en lo que a fidelización de votantes se refiere). Esta es seguramente la causa principal que explica el «sorpasso» republicano ya que los de Torra fidelizan tan solo al 72,6% de sus votantes y pierden no solo un 6,9% a favor de la abstención sino, fatalmente, 12,3% a favor de los republicanos. ERC también es la opción política más votada en todos los segmentos del electorado catalán por edad a excepción de los mayores de 65 años, tramo en el que PDeCat sigue siendo el líder.
La configuración interna del bloque constitucionalista, sin embargo, salta por los aires demostrando hasta que punto el gran resultado de Arrimadas en diciembre de 2017 fue un espejismo causado por las peculiares circunstancias del momento y por la concentración del voto constitucionalista que se produjo en aquel instante, algo que no correspondía, ni de lejos, con la atomización del votante catalán no independentista que refleja el estudio de NC Report.
Ciudadanos pasa de ser primera fuerza política con 36 escaños a tener 16, un descalabro de 20 escaños y 620.00 votos que replica dolorosamente el resultado electoral en las últimas generales nacionales que propició la dimisión de Albert Rivera como presidente de Ciudadanos. Tres son los beneficiados de la perdida de estos 13,5 puntos de la formación naranja. El que mejor partido saca a la catástrofe es el PP, que se lleva un 18,1% de los votos que tuvo Arrimadas en 2017. Le siguen Vox (12%) y PSC (10,5%) pero el porcentaje de votantes que pasan a la abstención es muy significativo, nada menos que un 19,3%.
Repitiendo también lo que parece ser una tendencia nacional el PSC-PSOE tiene un reseñable repunte que le convierte, de hecho, en la fuerza política que más sube en Cataluña. El 3,9% de aumento se traducirá en 8 escaños más pasando de 17 a 25, lejos de sus grandes resultados históricos en etapas anteriores pero lo suficiente importante como para que pueda ser determinante de nuevo. En efecto, la subida de Esquerra Republicana (35), unida a la del PSC (25) y al ligero aumento de los Comunes (que pasan de 8 a 9 escaños) hacen que se dibuje una mayoría absoluta de 69 escaños alternativa a la actual. De esta manera se podría reeditar en Barcelona un tripartito que replique de alguna manera el equilibrio de poderes que mantiene a Sánchez en Moncloa, algo que parece gravitar tras la postura ambivalente que ha mantenido ERC desde la moción de censura en Madrid.
El PP “resucita” en Cataluña
Por su parte, el Partido Popular «resucita» en Cataluña aumentando su representación en el Parlament desde los 4 diputados que obtuvo en diciembre de 2017 (su peor resultado histórico) hasta los 10 escaños, resultado que no le aparta de la irrelevancia. El partido subiría 121.000 votos y 3,3 puntos porcentuales hasta el 7,6% del voto útil principalmente debido a la entrada masiva de sufragios que en las ultimas autonómicas confiaron en Ciudadanos. Reseñable es también la entrada en el Parlament de Barcelona de Vox, que recabaría la confianza de 200.000 catalanes, lo que le daría derecho a 3 escaños. Es pertinente comparar los resultados de este partido con los de las CUP: la formación de extrema izquierda tendría 20.000 votos menos que Vox pero lograría el doble de escaños, 6 frente a 3.
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