Investidura

Moncloa pide un «cambio de actitud» a Junts para negociar tras el pinchazo de la Diada

El Gobierno exhibe el retroceso del independentismo en las urnas y en las calles para rebajar sus exigencias de cara a la investidura de Sánchez

La ministra Portavoz y de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez, interviene durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 12 de septiembre de 2023, en Madrid (España). El Consejo de Ministros, en su reunión ordinaria de hoy, ha aprobado la retirada de la Gran Cruz al Mérito Militar que España concedió al fallecido dictador chileno Augusto Pinochet en el año 1975, cuya distinción se impuso en la dictadura franquista en nombre de Francisco Franco. 12 SEPTIEMBRE 2023;MADRID;CONSEJO DE MINITROS;PINOCHET Eduardo Parra / Europa Press 12/09/2023
La ministra Portavoz y de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez, interviene durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 12 de septiembre de 2023, en Madrid (España). El Consejo de Ministros, en su reunión ordinaria de hoy, ha aprobado la retirada de la Gran Cruz al Mérito Militar que España concedió al fallecido dictador chileno Augusto Pinochet en el año 1975, cuya distinción se impuso en la dictadura franquista en nombre de Francisco Franco. 12 SEPTIEMBRE 2023;MADRID;CONSEJO DE MINITROS;PINOCHET Eduardo Parra / Europa Press 12/09/2023Eduardo Parra Europa Press

El escenario no puede ser más endiablado. En el momento de mayor debilidad del independentismo, éste goza de una relevancia política insólita. Con un retroceso electoral en las urnas –700.000 votos menos el pasado 23J– y social en las calles, tras certificarse el fiasco de la Diada menos concurrida de la última década; su fortaleza política radica en la potencial rentabilidad de sus diputados para hacer presidente a Pedro Sánchez. En el Gobierno califican de «pinchazo» la movilización del pasado lunes 11 de septiembre, que durante los últimos años el soberanismo ha instrumentalizado para sus intereses y para exhibir músculo de cara al respaldo de sus reivindicaciones frente al Estado. Creen en el Ejecutivo que esta «bajada de aceptación de los postulados independentistas» no es una novedad y ya se viene apreciando «elección tras elección» que se celebra.

«Es coherente», aseguran desde Moncloa, donde desvelan sus intenciones: «Vamos a gestionarlo para que sigan perdiendo apoyo». Se refieren a la fórmula virtuosa de «política y diálogo» –siempre dentro de la Constitución– que Sánchez ha desplegado durante los últimos cinco años y que ahora exhiben como garantía ante las complejas negociaciones que tienen por delante con Junts de cara a la investidura. «Cuando se ha gobernado sin política y con confrontación han estado en los niveles más altos de apoyo, ahora, lo seguirán perdiendo», anticipan las fuentes gubernamentales consultadas.

En el Ejecutivo –que ahora exhibe un tono más contenido de cara a las opciones de Sánchez de ser presidente– se mantiene inalterable la intención de presentar su candidatura, pero se hace hincapié en que «primero hay que conseguir los votos». «Nada es descartable», señalan, sobre la posibilidad de una repetición electoral, en el contexto en el que se ha desarrollado la política española en los últimos años, pero siguen convencidos de que hay opciones de éxito. La contención socialista y gubernamental obedece al escenario actual, con un independentismo hiperventilado por un calendario jalonado de fechas simbólicas para su causa –todavía queda por delante el aniversario del 1-O– en el que han recuperado demandas tradicionales ya aparcadas en la práctica, como el referéndum de autodeterminación.

En Moncloa reclaman a sus interlocutores la necesidad de un «cambio de actitud» del independentismo para que puedan prosperar las negociaciones. Una reclamación que tendría su máximo exponente en lo que ya publicó este diario: la exigencia de que avancen en el «reconocimiento expreso» de que «no lo volverán a hacer». La renuncia a la unilateralidad. De hecho, ya se van dando pasos en este sentido. El propio Pere Aragonés aseguraba esta semana en una entrevista que una declaración unilateral de independencia «no serviría para nada». Ahora solo falta que Junts también abrace esta vía más pragmática.

Más allá de la moderación en la retórica, lo que los socialistas quieren percibir es una verdadera intención de negociar por parte del independentismo, con el que reconocen no se «sentarán oficialmente» hasta que fracase la investidura de Alberto Núñez Feijóo. Tampoco quieren publicitar sus demandas porque no se manejan en posiciones de máximos que puedan después rebajar. Fuentes socialistas reconocen que para ellos el punto de partida y el de llegada es prácticamente el mismo: lo que quepa en la Constitución y que esto ofrece un margen muy limitado para negociar. «Los límites del PSOE los conocen –por los independentistas– y siguen siendo los mismos. Cualquier encaje pasa por un encaje constitucional», aseguran, al tiempo que apuntan: «Hay margen para el diálogo y el acuerdo en el marco de la Constitución», dicen.