Las tragedias un suelen golpear solas y son muchos los que saben que se suelen acumular las malas noticias para ponernos a prueba. La vida se está cebando ahora con Álvaro Vargas Llosa, hijo del escritor Mario Vargas Llosa, tan solo unos días después de despedirse de él. Tras su muerte, inesperada para el público, aunque esperada por la familia tras desvelarse la larga enfermedad contra la que batallaba. Ahora, el primogénito se enfrente a otro duelo, pues le acaban de romper el corazón, tal y como él mismo se ha encargado de dar a conocer.

Álvaro Vargas Llosa, plantado: su novia se va del país

Los hijos de Mario Vargas Llosa han cumplido a rajatabla las últimas voluntades de su padre. Estipuló cómo quería que fuese su último adiós, en la más estricta intimidad y sin ningún tipo de acto público en su memoria -al menos no oficiales-. Es por eso que emplazaron el velatorio en su propio domicilio en Lima, para después incinerar sus restos mortales y dividirlos en dos urnas.

Después de la tarea fúnebre, Álvaro ha querido despedirse de su progenitor de otra forma simbólica, escribiendo una columna para ‘El País’. Aquí no solo ha engrandecido la figura de Mario Vargas Llosa, destacando quién era él como escritor y como padre, sino también desvelando el revés amoroso que acaba de sufrir. Lo hace hablando directamente con el Nobel, a quien promete siempre mantenerle informado sobre su vida con diálogos como los que siempre han mantenido y que definían su estrecho vínculo. Es ahí cuando entra en materia y le habla sobre su último desamor:

“Pues te cuento, ya que el diálogo continúa, que, como todos los dramas, el tuyo tiene un toque tragicómico. Mientras tú agonizabas, morías y se iniciaba mi duelo, mi pareja, a la que conociste, no tuvo mejor idea que regresar a su país para siempre sin que medie una conversación de despedida o una explicación definitiva”, escribía Álvaro Vargas Llosa en el citado diario. Parece que aproveche sus líneas para reprocharle a su ahora exnovia la fea forma con la que ha salido de su vida. En el peor momento quizá. Ha roto con él mientras su padre agonizaba y fallecía, volviendo a su país, poniendo tierra de por medio y, según se queja, sin darle la oportunidad de una última conversación para despedirse y emprender sus caminos en paz. Se le acumulan ahora los duelos.