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El narco extiende sus redes tras ocho años de guerra

El narco extiende sus redes tras ocho años de guerra
El narco extiende sus redes tras ocho años de guerralarazon

Ya nadie se cree el discurso del ex presidente Felipe Calderón, quien aseguraba: «Es una guerra entre sicarios, se matan entre ellos». Ahora, las víctimas son futbolistas, modelos, drogadictos en rehabilitación, estudiantes... Durante el anterior mandato del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), los distintos cárteles de la droga se enzarzaron en una sangrienta guerra por el territorio que causó más de 100.000 muertes. Aunque las luchas continúan, el negocio de los narcos ya no sólo pasa por la droga. Han diversificado el mercado hasta convertirse en microempresas del crimen. Petróleo, cobre, trabajo esclavo, prostitución, recogida de basura y construcción se han sumado a la extorsión y el secuestro. Negocios para los que hacen falta presas, es decir, civiles.

El actual presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, asumió el poder en diciembre de 2012 y de inmediato cambió el discurso público, después de que la narrativa de su predecesor estuviera marcada por la guerra contra el narcotráfico. Su intención era hacer del país un terreno fértil para las inversiones. El problema es que debido al crimen organizado, entre otros motivos, México no termina de despegar. «La pretensión era guardar todo bajo la alfombra y eso no sirve a la larga», asegura Erubiel Tirado, experto en seguridad y profesor de la Universidad Iberoamericana.

El problema es que el grotesco ciclo de violencia en México continúa con soldados y policías implicados en toda clase de atrocidades.

Por otro lado, el Gobierno ha logrado la captura de una serie de capos de la droga de alto perfil. La última es Vicente Carrillo Fuentes, considerado el líder del cartel de Juárez.

Pero incluso esos éxitos han tenido algunos efectos negativos. Mientras las grandes organizaciones del narcotráfico son golpeadas, el propio Gobierno ha reconocido que grupos más pequeños han aparecido y provocado un incremento de delitos.

Además, los denominados grupos de autodefensa, compuestos por civiles armados, siguen creciendo, con la amenaza de que en un futuro lleguen a convertirse en bandas paramilitares.