Elecciones en Portugal
El Parlamento portugués vota «no» a la eutanasia
Conservadores y comunistas se unen en el rechazo a los cuatro proyectos para despenalizarla.
Conservadores y comunistas se unen en el rechazo a los cuatro proyectos para despenalizarla.
- El Parlamento rechazó ayer la despenalización de la eutanasia en Portugal. Ninguno de los proyectos de ley presentados por los cuatro partidos de la izquierda han conseguido reunir los votos suficientes para continuar con su trámite parlamentario y su eventual aprobación definitiva. Todos los proyectos establecían que el solicitante de la eutanasia debía ser mayor de edad, padecer una enfermedad terminal y carecer de problemas mentales que pudieran influir en su decisión. Los textos también obligaban al solicitante a afirmar su voluntad de completar el proceso de muerte asistida en varias ocasiones. Al final, el proyecto socialista fue el que registró la votación más igualada: 110 apoyos, 115 rechazos y cuatro abstenciones.
A lo largo de la tarde, decenas de manifestantes antieutanasia se concentraron ante el Parlamento, mientras los diputados expusieron sus respectivos puntos de vista sobre los proyectos de ley en un ambiente de inusual tensión. André Silva, único diputado del Partido de las Personas, los Animales y la Naturaleza (PAN), pronunció un discurso emotivo sobre el sufrimiento de algunos enfermos terminales al recibir cuidados paliativos y defendió un proyecto que «despenaliza la libertad y consigue que un acto de pura bondad deje de ser considerado un crimen».
José Manuel Pureza, del marxista Bloque de Izquierda (BI), presentó un argumento de igualdad económica al hablar del proyecto de su formación, asegurando que los ricos ya pueden acceder a la eutanasia viajando a Suiza, y que Portugal debe ofrecer condiciones para que «todos, ricos y pobres, puedan aceptar la muerte en casa».
La doctora Isabel Galriça, diputada del conservador Centro Democrático Social (CDS), explicó el no de su formación al declarar que «los buenos fines nunca justifican los malos medios». «Estos proyectos sólo promueven la banalización de la muerte». Los comunistas, por su parte, rechazaron los textos por motivos humanitarios. Aunque el primer ministro luso, el socialista Antonio Costa, y el líder conservador, Rui Rio, apoyaban los proyectos, finalmente varios diputados de ambas formaciones votaron en contra de los textos.
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