Celebridades

Iman, modelo, activista y empresaria: “¿Sabes qué me gustaría de verdad que se hiciera viral? La decencia humana”

La supermodelo somalí lleva medio siglo usando su fama como altavoz. A sus 70, Iman vuelve al centro de la conversación con una idea tan simple como urgente

Iman, modelo, activista y empresaria: “¿Sabes qué me gustaría de verdad que se hiciera viral? La decencia humana”
Iman, modelo, activista y empresaria: “¿Sabes qué me gustaría de verdad que se hiciera viral? La decencia humana”@the_real_iman

Iman nunca se ha conformado con las etiquetas. En los setenta abrió camino como una de las primeras grandes modelos africanas, después convirtió su nombre en empresa, financió causas y levantó la voz cuando la industria retrocedía en diversidad. Junto a Naomi Campbell impulsó Black Girls Coalition para denunciar la desaparición de modelos negras en los desfiles, recordando que "el color de la piel no es una tendencia, hablamos de personas". En paralelo, ha trabajado con iniciativas como (RED) -la plataforma impulsada por Bono- para combatir pandemias en África, y prepara nuevas colaboraciones para visibilizar que lo que pasa allí implica a todo el mundo.

En sus redes, Iman condensó su posición en una frase que explica el momento cultural que vivimos: "¿Sabes qué me gustaría de verdad que se hiciera viral? La decencia humana". La publicación, tan directa como su estilo, aparece en un tiempo de polarización y noticias ásperas. La modelo lo enlaza con su idea de activismo práctico: involucrarse, educar, empatizar y, sobre todo, empoderar a las mujeres porque "cuando empoderas a una mujer, ella empodera a su familia y a su comunidad".

La vida fuera de cámara

Tal y como mencionó en una entrevista para la revista ELLE, Iman reconoce que la actualidad le pesa. "A veces me alegro de tener 70 años porque no estaré aquí para ver cómo explota todo, pero me preocupan mis hijos", dijo, antes de matizar que rendirse no es opción: "Siempre hay tormenta antes de que salga el sol; estoy dispuesta a caminar bajo la lluvia para ver mejorar las cosas". Su biografía ayuda a entender el tono: creció con un padre que la educó en igualdad respecto a sus hermanos varones, aprendió pronto a confiar en sí misma y se acostumbró a hablar claro aunque eso supusiera "caminar sobre el fuego".

Esa franqueza convive con una vida familiar cuidada. Su historia con David Bowie -desde aquella "cita a ciegas" hasta el recuerdo del músico arrodillándose para atarle los cordones- aparece a menudo como ancla emocional. "Lo más feliz que me han dicho fue: ‘Yo te elegí’", recuerda durante la entrevista. Con los años, la maternidad y el duelo reforzaron su mirada: menos ruido, más propósito.

Un legado que no caduca

Iman sigue trabajando -imagen de campañas, proyectos empresariales-, pero su brújula no ha cambiado: usar la fama para tender la mano. "Los iconos no se alzan sobre pedestales, lo hacen sobre los hombros de otros", afirmó al recoger un premio honorífico, una frase que resume su ‘modo Iman’: firmeza, humor y compromiso.

En tiempos de trending topics efímeros, su propuesta suena casi radical por lo sencilla: que lo viral no sea el escándalo, sino el respeto. Que la norma sea la decencia. Y que, como tantas veces repite, la esperanza -el significado de su nombre- no sea una consigna, sino una práctica diaria.