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Puntazo

Albares, en el punto de mira

La paciencia en Moncloa empieza a agotarse. Aviso a navegantes

El «carácter difícil» del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, empieza a incomodar no solo a la Casa Real sino también a la propia Moncloa, que no para de preguntarse si sus cuitas personales con Camilo Villarino –jefe de la Casa de su Majestad– y su «infantil» enfrentamiento, que ya consideran como «patético», puede costar algo más que un simple conato de hostilidad sin importancia. La historia viene de lejos entre estos dos diplomáticos de carrera, con el «caso Ghali» de fondo. Albares, en cuanto tuvo mando en la plaza ministerial, actuó sin piedad contra Villarino y le «ejecutó» con una represalia política y personal que no ha detenido ni un ápice desde entonces. Ahora, pese al paraguas Real, insiste en su animadversión y le sigue buscando las vueltas, como lo ha hecho también con varios ministros de Sumar. La paciencia en Moncloa empieza a agotarse. Aviso a navegantes.