Partidos Políticos
Renovarse o morir
Pablo Iglesias dice que ha vuelto para arreglar su partido, como si el que se lo ha cargado fuera algún infiltrado escapado a sus depuraciones. Ha dicho también que en las elecciones catalanas tuvieron «un resultado muy malo» pero, en vez de hacer la autocrítica necesaria, ha propuesto una agenda de trabajo parlamentaria que obligue a Rajoy a convocar el debate sobre el Estado de la Nación. Como si sus problemas se arreglaran montando numeritos en el Congreso. Pues van listos. Y como el partido morado quiere llegar fuerte a las municipales de 2019, ha dicho a Errejón que espabile y se ponga a trabajar para ganar Madrid. Es decir, que el depurado arregle lo que otros estropearon. Pero esta reivindicación de Iglesias como líder esconde una lectura más fácil que evidentemente no se atreve a hacer: su crisis personal de liderazgo.
No andan lejos los otros perdedores de las elecciones. Sánchez, que había pensado que lo mejor para crecer era no hacer nada y esperar que Podemos se estrellara, tampoco ha entendido lo de Cataluña. Designó el candidato que le gustaba, se fajó él mismo en la campaña y en los mítines. Incluso permitió a Iceta hacer propuestas dignas de Podemos... No consigue entender cómo sus votos se han ido a Ciudadanos. Y también, en vez de analizar lo sucedido, vuelve a las ocurrencias que, como decíamos, no eran de Iceta sino de la propia factoría socialista. Ahora propone, como gran idea, costear las pensiones con dos nuevos impuestos: uno a la banca y otro a las transacciones financieras. Y se queda en su paz. Pues con cosas así, seguro que arrasa en las autonómicas y municipales.
Y está el PP. Esta semana se reúne para volver a analizar lo sucedido. Y digo «volver» porque, aunque ya lo hizo, nadie dijo entonces ni mu. Pero esta vez hablarán. El partido se juega en las grandes capitales la supervivencia. Aunque no me creo las encuestas, en el PP saben que necesitan líderes jóvenes para que las próximas elecciones huelan a renovación y que Cs no les convierta en segunda fuerza. Rajoy también lo sabe y por eso frenó hace unos días los cambios de personas. Ahora toca hacerlos. Renovarse o morir. Nunca la frase tuvo tanto sentido como ahora.
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