Parresía
Guarros y feos
Ojo con las mujeres. En tan solo un año, el PSOE ha caído 10 puntos en intención de voto en Extremadura
La credibilidad es un intangible que cuesta muchísimo trabajo conquistar (que me lo digan a mí, siempre los de la tele a merced de nuestros fieles espectadores). Ocurre lo mismo en la política. En este PSOE, además de la retahíla de supuesta corrupción en el entorno del presidente y de las dudas sobre el dinero en efectivo que ha circulado por Ferraz, hemos abierto otro melón: los últimos casos de presunto acoso sexual conocidos –y ninguneados hasta hoy en el seno del partido– ponen en serio peligro la esencia de esta formación política, históricamente defensora de la igualdad, del feminismo.
El último escándalo llega de Torremolinos y tiene como protagonista al hasta ahora líder de los socialistas, Antonio Navarro. Asquito dan los comentarios que supuestamente le hacía el susodicho a una compañera.
¿Qué le está pasando a Pedro Sánchez con las mujeres? El voto de ellas ha sido determinante para su liderazgo. ¿Cómo influirá ahora en sus simpatizantes descubrir que, además de lo visto y escuchado de Ábalos y Koldo, resulta que el tal Paco Salazar –ese ser tan próximo al presidente, seis años a su lado en La Moncloa– es un tipo machista, misógino, acosador y asqueroso en las distancias cortas, en la vida real? Además de poco agraciado. ¿Será aplicable aquí el refrán «Dios los cría…?
Pedro Sánchez tuvo el cuajo de comentar el otro día que no conocía a José Luis Ábalos en el plano personal. Digo yo que, cuando vuelva a conceder una entrevista y le pregunten, no se atreverá a decir lo mismo de su ex alto cargo e intocable Salazar... O sí, con total tranquilidad.
Ojo con las mujeres. En tan solo un año, el PSOE ha caído 10 puntos en intención de voto en Extremadura, donde acaba de arrancar la campaña electoral. Con esto de los supuestos acosos sexuales en el PSOE, se comprueba que en todos sitios, en todos, cuecen habas. Desde luego, también en la progresía ideológica.
Hay que resaltar que, a pesar de tantos discursos y campañas, poco hemos avanzado estos años para erradicar la negra realidad de los casos de violencia de género y violencia vicaria. Elementos como las pulseras telemáticas tampoco son eficaces, y no salva vidas el mero postureo.
Si con Junts, este PSOE sigue sin recuperar sintonía parlamentaria para gobernar y ahora, encima, se pone en peligro al electorado femenino, apaga y vámonos. Otro día, si quieres, comentamos el último escándalo de corrupción de la semana. La secuencia ya nos la sabemos: salta la noticia, el silencio es la respuesta primera y ya, si eso, un día volvemos a ver al presidente en un medio afín, dando explicaciones. Cuando ya escampó. Huele a fin de ciclo.