Parresía
Junts aprieta, pero no ahoga
Sánchez querría resistir como un campeón hasta 2027 –lo repite cada vez que puede–, pero, a medida que avanza el otoño, la cosa se le complica más y más
Qué semanita, amigos. La empezamos muy en alto, con la imagen bochornosa e insólita de un fiscal general del Estado procesado por supuesta revelación de secretos –por lo del novio de Ayuso– mientras el PP, extrañamente, le permitía al valenciano Carlos Mazón dimitir justo ese día. Por mucho que me lo expliquen, de verdad que no entiendo este «autoboicot» popular.
En cualquier caso, el PSOE sigue sumando problemas allá donde mires. Acabamos la semana con Pedro Sánchez marchándose en silencio a una cumbre del Clima en Brasil mientras, en el Congreso, muy enfadados, los diputados de Junts comunicaban en rueda de prensa que su partido ha decidido romper definitivamente con el Gobierno, tumbarle todas las leyes, hacer lo posible por fastidiarle (sin llegar aún a la moción de censura). Y todo ese argumentario lo exponía, claro como el agua, la portavoz Míriam Nogueras, esa mujer de inteligencia malévola y mirada desafiante.
Me pregunto qué impacto real puede tener esta última pataleta de los independentistas de Puigdemont en el estado de ánimo de Pedro Sánchez y en la marcha de su Gobierno. No falla: cada vez que explota una crisis importante en el entorno del presidente, resulta que él se encuentra o se dirige al extranjero, a muchos kilómetros de Madrid. ¿Le hará cambiar de opinión la pérdida de la mayoría parlamentaria, junto con la ausencia de Presupuestos y los numerosos casos de presunta corrupción que le rodean? ¿Qué harán los socios que le quedan?
Sánchez querría resistir como un campeón hasta 2027 –lo repite cada vez que puede–, pero, a medida que avanza el otoño, la cosa se le complica más y más. Imagino los gritos y los nervios de puertas adentro. Oficialmente, La Moncloa llama a la calma, el PSOE le quita hierro a lo de JUNTS y, si hace falta, le pone la otra mejilla.
Ahora bien, el problema con Junts puede llegar a ser una tontería frente al asunto del dinero en metálico en Ferraz. A Pedro Sánchez –recordémosle el otro día, en el Senado– desde luego no le consta que hubiera algo raro ahí, no lo recuerda, descarta totalmente la posibilidad de la financiación irregular en el PSOE. Pero la Audiencia Nacional también ve indicios de delito en los pagos en metálico al exministro Ábalos y a su exasesor Koldo García, y lo va a investigar. ¿De dónde salían los billetes que circulaban por Ferraz? ¿A quiénes y a cuántos llegaba, y en concepto de qué? Hay facturas que no cuadran, y huele mal que fuera Koldo quien repartiera el «cash» a unos y otros. Un personaje, Koldo, al que solo por lo que ya conocemos de él, están tardando en retirarle la medalla que en su día le concedió la Guardia Civil.