Cáncer
Hallan un agente hormonal capaz de frenar el tumor de próstata en fase inicial
Un estudio apunta al uso de un nuevo tratamiento durante el seguimiento de los hombres con tumor de próstata sometidos a vigilancia activa
El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones y constituye la segunda causa de mortalidad por cáncer en varones (por detrás del cáncer de pulmón y colorrectal), según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, convirtiéndose así en una de las neoplasias con más impacto en nuestro país.
Los avances científicos en este tipo de tumor son constantes, lo que ha permitido lograr un buen pronóstico de vida para los afectados. En este camino, el último hallazgo se ha publicado hoy en la revista científica «The Journal of Urology», ya que un ensayo clínico preliminar concluye que la adición de apalutamida, un agente hormonal, puede reducir la tasa de biopsias positivas durante el seguimiento de los hombres con cáncer de próstata en estadio inicial sometidos a vigilancia activa, lo que podría ralentizar el tumor.
En el estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Washington y el Centro Oncológico Fred Hutchinson de Seattle (Estados Unidos), el 59 por ciento de los varones que recibieron 90 días de tratamiento con apalutamida no presentaban indicios de cáncer de próstata residual en la biopsia de seguimiento inmediatamente posterior al tratamiento.
«Nuestros resultados preliminares respaldan la realización de nuevos estudios para determinar si la adición de terapia hormonal podría ayudar a reducir o prevenir la progresión de los cánceres de próstata en estadio inicial durante la vigilancia activa», avanza el autor principal del estudio, el doctor Michael T. Schweizer.
¿Qué es la vigilancia activa?
La vigilancia activa es una opción de tratamiento para algunos varones con cáncer de próstata en estadio inicial, de crecimiento lento, de bajo riesgo o localizado, que puede evitar o retrasar la necesidad de un tratamiento definitivo, como la cirugía o la radioterapia.
Los pacientes que optan por la vigilancia activa suelen someterse periódicamente a pruebas de detección del antígeno prostático específico (PSA), exámenes de próstata, pruebas de imagen y biopsias repetidas con el fin de controlar cuidadosamente el crecimiento o la progresión del cáncer de próstata. Aunque la vigilancia activa se considera cada vez más un tratamiento estándar para los hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo, muchos pacientes acaban necesitando tratamiento adicional.
En este sentido, apalutamida pertenece a una clase de potentes agentes hormonales novedosos aprobados para el tratamiento del cáncer de próstata avanzado. «Debido a su eficacia antitumoral, la apalutamida también puede tener el potencial de controlar o reducir las formas tempranas del cáncer de próstata. Además, al evitar la reducción de los niveles de testosterona, la apalutamida puede reducir la disfunción sexual y los muchos otros efectos secundarios que pueden persistir tras suspender las terapias hormonales convencionales», destaca Schweizer.
En concreto, durante el ensayo clínico preliminar (fase II) se investigó si añadir apalutamida a la vigilancia activa de los varones con cáncer de próstata en estadio inicial podría afectar a la tasa de detección del cáncer en las biopsias de seguimiento. En total, participaron 23 hombres, de 67 años de edad media, que optaron por la vigilancia activa para el tratamiento inicial del cáncer de próstata de riesgo bajo a intermedio. Todos los pacientes recibieron 90 días de tratamiento oral con apalutamida, 240 miligramos al día.
El 59 por ciento de los pacientes (13 de 22) que completaron el tratamiento con apalutamida según lo previsto no presentaban indicios de cáncer residual en la biopsia realizada inmediatamente después del tratamiento. En el seguimiento a largo plazo, las tasas de biopsias libres de cáncer fueron del 33 por ciento al año (siete de 21 pacientes) y del 21 por ciento a los dos años (cuatro de 19 pacientes).
En el 65 por ciento de los pacientes incluidos en el estudio, los niveles de PSA disminuyeron en un 90 por ciento o más con la adición de apalutamida. Cinco pacientes acabaron sometiéndose a radioterapia o cirugía por cáncer de próstata en una mediana de unos dos años.
En contraste con los efectos de las terapias hormonales convencionales (es decir, los agonistas/antagonistas de la LHRH), los niveles de testosterona aumentaron durante el tratamiento con apalutamida, con un impacto «mínimo y transitorio» en la calidad de vida. Por ello, se trata de un hallazgo importante, porque minimizar el impacto del tratamiento en el funcionamiento cotidiano es una razón clave por la que los pacientes optan por la vigilancia activa.
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