Coronavirus
Celaá: “Tendremos que observar la compartimentación y no mezclar las etapas por si se produce un brote y es preciso perimetrar”
Celaá informó ayer de que su departamento trabaja ahora mismo bajo la premisa de que para el curso 2020-21 se utilicen todos los espacios educativos a fin de favorecer la distancia entre los alumnos, incluso mediante la separación física por edades: «Tendremos que observar cuestiones como la compartimentación y no mezclar mucho las etapas por si se produce un brote y es preciso perimetrar el lugar» donde éste se produjera. Esta propuesta se suma a otras iniciativas lanzadas anteriormente por la ministra, como la de que la ratio de alumnos por clase sea de 15 para guardar la distancia social de dos metros (el resto seguiría las clases de forma telemática) o la de que se aprovechen «todos los espacios físicos de los centros», como bibliotecas, gimnasios o salones de actos.
En una comparecencia en la Comisión de Educación y Formación Profesional del Senado, declaró ayer que su Ministerio y las comunidades autónomas trabajan con la premisa de que el próximo curso comience en septiembre, aunque recordó que cada región podrá elegir la fecha de apertura dentro de un abanico de días teniendo en cuenta que deben cumplirse 175 lectivos como mínimo. Además, la vuelta debe hacerse «pensando en absolutamente todas las posibilidades» en las que puede evolucionar la pandemia, que el pasado mes de marzo obligó a suspender las clases presenciales en España.
«Hay que esperar»
Y destacó que hay que combinar los requisitos de Sanidad con otros, como habilitar más espacios en los centros educativos para poder implementar las medidas de seguridad e higiene. «Debemos esperar a la evolución de la pandemia porque no es un motivo educativo sino sanitario, y lo primero es salvaguardar la salud de alumnos, docentes y sus familias», explicó para luego añadir: «La educación no está en crisis, es sanitaria». La próxima semana, el Ministerio volverá a reunirse con los consejeros autonómicos de Educación en la Conferencia Sectorial, con quienes ha formado un grupo de trabajo para coordinar las medidas que se deben adoptar en la enseñanza ante la evolución de la pandemia. Una de las más importantes consistiría en proveer de dispositivos electrónicos suficientes para poder garantizar «el acceso de todo el alumnado» a la educación online en el caso de que se produjera una segunda oleada del virus.
Los colegios tendrían que facilitar a los estudiantes estos dispositivos mediante «entrega o préstamo» para evitar la brecha digital en los hogares que no disponen de aparatos o conexión a internet. Y los centros deberían contar con planes de contingencia en caso de una nueva suspensión de la actividad presencial, y esos planes deben estar concretados antes de las vacaciones de verano.
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