Con la llegada de la primera ola de calor del verano y el consiguiente aumento de las temperaturas, el aire acondicionado se convierte en uno de los electrodomésticos estrella en muchos hogares españoles. Sin embargo, el alivio que proporciona frente a las olas de calor también tiene un coste: el impacto directo en la factura de la luz. Por eso, conocer y aprovechar todas las funciones que ofrece este aparato puede marcar la diferencia a final de mes.

Una de esas funciones, poco conocida y rara vez utilizada, es el modo ‘Dry’ o ‘Seco’, presente en la mayoría de aparatos de aire acondicionado modernos. Esta opción, fácilmente reconocible en el mando por el símbolo de una gota de agua, tiene como objetivo principal deshumidificar el ambiente. Lo que muchos desconocen es que, además de mejorar el confort térmico, permite un ahorro considerable de energía frente al clásico modo de refrigeración ('Cool').

La función oculta del aire acondicionado que te permite ahorrar en tu factura de luz

El modo 'Dry' no se centra en bajar la temperatura del aire, sino en reducir el exceso de humedad en el ambiente. Al eliminar parte de esa carga de vapor de agua, la sensación térmica mejora notablemente, aunque el termómetro apenas varíe. Esto es especialmente útil en zonas costeras o con clima húmedo, donde el "bochorno" o calor pegajoso es más molesto que el calor seco.

Según datos recogidos por fabricantes y expertos en climatización, el modo 'Dry' hace que el compresor del aire acondicionado funcione a una velocidad más baja y con menos frecuencia, lo que se traduce en un menor consumo eléctrico. Aunque no produce el mismo enfriamiento brusco que el modo 'Cool', sí genera una atmósfera más agradable y fresca, sin necesidad de bajar la temperatura a niveles extremos.

Ahorro energético y menor desgaste del aparato

Otro beneficio del modo ‘Dry’ es que reduce el esfuerzo que realiza el sistema de refrigeración del aire acondicionado. Al funcionar de manera más intermitente, no sólo consume menos electricidad, sino que también se alarga la vida útil del equipo, disminuyendo el riesgo de averías asociadas al sobreuso del compresor.

Además, este modo también contribuye a evitar ciertos problemas derivados de un uso intensivo del aire acondicionado convencional, como los resfriados, la sequedad nasal o la rigidez muscular, sobre todo al dormir. Al no provocar un descenso brusco de la temperatura, mantiene una sensación térmica más estable y saludable.

Cuándo y dónde utilizar esta función

Eso sí, el modo ‘Dry’ no es recomendable en todos los contextos. En zonas del interior peninsular o áreas con aire ya muy seco, su uso puede resultar innecesario e incluso contraproducente, ya que la deshumidificación puede resecar en exceso el ambiente. Sin embargo, en regiones con alta humedad, como Galicia, Valencia, Andalucía o las Islas Canarias, se convierte en una opción especialmente útil y eficiente.

También es una función ideal para las noches de verano en las que se busca descansar sin pasar calor, pero sin los efectos negativos de tener el aire acondicionado encendido en modo ‘Cool’ durante horas.

Además de aprovechar el modo ‘Dry’, existen otras recomendaciones básicas que ayudan a reducir el gasto eléctrico sin renunciar al confort:

• Mantener el aparato a una temperatura moderada, en torno a los 24-26 °C. Cada grado por debajo puede aumentar el consumo en un 7%.
• Usar temporizadores o programadores para limitar el funcionamiento durante la noche.
• Asegurarse de que las puertas y ventanas estén cerradas cuando el aire está en marcha.
• Limpiar regularmente los filtros, ya que el polvo acumulado reduce su eficiencia.
• Complementar su uso con ventiladores de techo, que distribuyen mejor el aire frío y permiten reducir la potencia necesaria.

Conocer a fondo todas las funciones de tu aire acondicionado puede ayudarte a pasar un verano más llevadero y, al mismo tiempo, evitar sorpresas en la factura de la luz. Y si aún no has probado el modo ‘Dry’, este puede ser el momento perfecto para comprobar cómo, a veces, menos es más.