Estructuras

Este acueducto fue el puente más largo de Europa y sigue en pie 300 años después

Luigi Vanvitelli realizó una obra de ingeniería hidráulica que despertó la admiración de todo el viejo continente y se eleva a 60 metros

Este acueducto fue el puente más largo de Europa y sigue en pie 300 años después
Este acueducto fue el puente más largo de Europa y sigue en pie 300 años después.It

La región de Campania destaca en Italia porque en su interior se encuentran ciudades mundialmente conocidas como Nápoles o elementos naturales como el Monte Vesubio, que destruyó Pompeya, o la Gruta Azul. Conocida por sus antiguas ruinas y su espectacular costa, esta zona del país transalpino también cuenta con una de las infraestructuras hidráulicas más destacadas del siglo XVIII: el Acueducto Carolino.

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Esta imponente estructura transformó la región y llegó a ostentar el título de puente más largo de Europa gracias a su tramo monumental en el valle de Maddaloni. Casi tres siglos después de su inauguración, la obra continúa en pie, preservando su función original y en un excelente estado que sorprende incluso a los especialistas en ingeniería histórica.

Este proyecto resolvió el mayor problema de la corte

A mediados del siglo XVIII, el joven rey Carlos de Borbón impulsó una ambiciosa reforma territorial que tenía como epicentro su nuevo palacio en Caserta. Para hacer viable el complejo, era imprescindible asegurar un suministro constante de agua, escaso en la zona. En marzo de 1753, el monarca encargó esa misión al arquitecto y pintor Luigi Vanvitelli. El objetivo era claro: trasladar el agua desde los manantiales de las laderas del Monte Taburno hasta el palacio, a lo largo de un recorrido de casi 40 kilómetros.

Acueducto Carolino
Acueducto CarolinoItalia.it

El diseño combinó tramos subterráneos, para sortear montes y reducir pérdidas, con secciones aéreas sostenidas mediante imponentes puentes-canal. Participaron miles de trabajadores durante diecisiete años en una operación que exigió precisión milimétrica, ya que la pendiente debía mantenerse constante para garantizar el flujo natural del agua. El acueducto se inauguró oficialmente el 7 de mayo de 1762, aunque los detalles finales se completaron en torno a 1770 y finalmente tiene una longitud de 38 kilómetros.

La llegada estable de agua no solo permitió el funcionamiento del palacio, sino el desarrollo del cercano complejo de San Leucio, un ejemplo pionero de industria planificada en Europa. Al mismo tiempo, crecieron las actividades agrícolas y manufactureras gracias a esta nueva estructura.

El tramo al aire libre redefinió la ingeniería europea

Aunque la mayoría del recorrido de 38 kilómetros permanece enterrado, el sector más célebre del Acueducto Carolino es el conocido como Ponti della Valle. Esta construcción de toba se levanta sobre 44 pilones cuadrangulares y presenta tres niveles de arcos superpuestos que alcanzan casi los 60 metros. Su longitud, de unos 529 metros, convirtió a esta estructura en el puente más largo de Europa durante el siglo XVIII y en uno de los referentes absolutos de la ingeniería hidráulica del continente.

Acueducto Carolino
Acueducto CarolinoItalia.it

Junto a este tramo, el sistema incluye otros pasos significativos, como el puente Carlo III en Moiano, que salva el río Isclero, y el puente del Valle de Durazzano, ambos situados en la provincia de Benevento. Estos elementos completan un trazado que atraviesa montañas, valles y terrenos irregulares, demostrando la capacidad de Vanvitelli para armonizar función, paisaje y monumentalidad.

Un legado técnico y estético que perdura: es Patrimonio de la Humanidad

La obra resistió guerras, terremotos y la erosión, y conserva la gran mayoría de su estructura original. Este excepcional estado provocó que en 1997 la UNESCO declarara Patrimonio de la Humanidad el conjunto formado por la Reggia di Caserta, su parque, el acueducto y San Leucio, reconociendo su relevancia técnica y su influencia en las infraestructuras europeas que se construyeron posteriormente. 300 años después, gran cantidad de visitantes y especialistas siguen recorriendo sus tramos para estudiar una llamativa estructura que combina precisión matemática, audacia estética y, en su momento, propósito social.